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lunes, 23 de febrero de 2015

Oscares…NIcaragua hace una cita con la historia!

http://eldiariodevictoria.com.mx/2015/02/22/oscares-cita-con-la-historia/



Oscares… cita con la historia

LOS ÁNGELES, EU., febrero 21 (Agencias)
Alejandro González Iñárritu podría alzarse el domingo con el Óscar al mejor director, apenas un año después de que su amigo y compatriota Alfonso Cuarón se convirtiera en el primer latinoamericano en lograrlo.
De ganar este honor y el premio a la mejor película, el realizador de “Birdman” haría historia en los Oscar. También compite, junto con Alexander Dinelaris y los argentinos Nicolás Giacobone y Armando Bo, por el premio al mejor guión original. Su oscura sátira sobre la industria del espectáculo sobre un ex astro del cine envejecido que intenta dejar atrás su fama de superhéroe montando una obra seria en Broadway encabeza la lista de nominados con nueve candidaturas que incluyen mejor actor (Michael Keaton), actor de reparto (Edward Norton) y actriz de reparto (Emma Stone), así como cinematografía (del mexicano Emmanuel Lubezki, que ganó el año pasado por “Gravity”), mezcla de sonido y edición de sonido (de Aaron Glascock y el también mexicano Martín Hernández).
Aunque otra excéntrica comedia, “The Grand Budapest Hotel” de Wes Anderson, cuenta igualmente con igual número de candidaturas y superó a “Birdman” en los Globos de Oro como mejor cinta musical o de comedia, González Iñárritu enfrenta la mayor competencia de “Boyhood” y su director Richard Linklater, también premiados en los Globos.
El mexicano ya compitió por los premios a la mejor película y mejor director en 2007 con “Babel”, y sus películas “Amores perros” (2000) y “Biutiful” (2010) estuvieron nominadas a mejor cinta en lengua extranjera. Pero este año tiene grandes posibilidades.
“Boyhood”, el conmovedor relato sobre el paso a la adultez filmado en un periodo de 12 años, fue en un principio considerado ampliamente como el gran favorito al Oscar, pero “Birdman” tomó vuelo durante la temporada de premios, arrasando con reconocimientos clave que incluyen los premios del Sindicato de Productores y del Sindicato de Directores de Hollywood, ambos fuertes indicadores de lo que podría suceder el domingo al ser sus miembros votantes de la Academia. El Sindicato de Actores de la Pantalla, el gremio con mayor número de votantes en los Óscar, le dio su mayor honor: el premio al mejor elenco, o su equivalente a mejor película.
El premio al mejor actor probablemente se decida entre Michael Keaton, por su regreso triunfal a la pantalla en un rol con el que pudo identificarse como un ex astro de “Batman”; y Eddie Redmayne, por su interpretación del famoso físico inglés con ALS Stephen Hawking, en “The Theory of Everything”. El de mejor actriz seguramente se lo llevará Julianne Moore por su papel de académica con principios de Alzheimer en “Still Alice”.
En cuanto a actuaciones de reparto los favoritos son Patricia Arquette, como una madre soltera en “Boyhood”; y J.K. Simmons, como un estricto profesor de música en “Whiplash”.
Por el premio a la mejor cinta en lengua extranjera las esperanzas del público hispano están puestas en “Relatos salvajes”.
La aclamada película del argentino Damián Szifron, una compilación de seis cortos que transcurren en los más dispares escenarios y cuyo nexo común son las reacciones violentas ante la transgresión de los límites, competirá por la codiciada estatuilla con “Ida” de Polonia, “Leviathan” de Rusia, “Tangerines” de Estonia y “Timbuktu” de Mauritania.
Es la séptima candidatura en este rubro para Argentina, que se ha alzado con la estatuilla dos veces: en 1985 por “La historia oficial” de Luis Puenzo y en 2009 por “El secreto de sus ojos” de Juan José Campanella.
Este año compite por primera vez un nicaragüense: Gabriel Sierra, con el cortometraje documental “La Parka”. La cinta narra la vida de un trabajador de un rastro y la forma en que su oficio lo vincula con la muerte.
La ceremonia de los premios Óscar, en su 87 edición, se realizará el domingo en el Teatro Dolby en Hollywood.
¿Qué artistas participarán en la ceremonia?
La fiesta del cine tendrá como invitado al grupo musical Maroon 5 para presentar a los nominados y al ganador de la categoría mejor canción. Así lo confirmó la banda en su cuenta oficial de Twitter.
Además, la artista Anna Kendrick realizará una “perfomance”, tal como contó en un tuit.
De igual forma, se confirmó la presencia de los actores Josh Hutcherson, Scarlett Johansson, Zoe Saldana y Octavia Spencer como presentadores de diversos premios en los Óscar.

Tener barriga, un riesgo para tu corazón

Tener barriga, un riesgo para tu corazón

Día 23/02/2015 - 02.17h
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La grasa abdominal es la que más influye en la salud cardiovascular. Te contamos cuándo preocuparse y cómo prevenirla

La barriga prominente, esa protuberancia que en el pasado fue signo de opulencia y en la actualidad se esconde bajo faja, lleva un mensaje de alerta al que la porta: el doble de riesgo de sufrir muerte súbita. Así lo asegura un estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista «Heart», que concluye que las personas con obesidad abdominal tienen más probabilidades de experimentar una parada cardiaca inesperada. 

La investigación contó con 14.941 participantes que fueron sometidos a chequeos médicos durante 12 años. En ese tiempo se produjeron 253 episodios de muerte súbita, el 80% de los cuales aparecieron en los sujetos con un índice cintura/cadera (resultado de dividir el perímetro de la cintura por el perímetro de su cadera) elevado. Se considera obesidad abdominal cuando este valor es superior a 0,8 en mujeres y a 0,95 en hombres.

Pero, ¿por qué es tan peligrosa? «La obesidad abdominal es un índice de grasa visceral, y esta grasa está asociada a mayores alteraciones metabólicas en forma de intolerancia a la glucosa, disminución de la sensibilidad a la insulina, alteración del perfil lipídico así como una mayor influencia en los procesos inflamatorios que la grasa acumulada en otras áreas, lo que lleva a un aumento del riesgo cardiovascular», explica el doctor Ángel Moya, presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). 

Por eso en los últimos tiempos los expertos recomiendan no medir solo el Índice de Masa Corporal (IMC) de las personas sino también el perímetro de su cintura y el índice cintura/cadera. «El estudio muestra que con un índice de masa corporal elevado, el sujeto aumenta en un 34% el riesgo de muerte súbita, frente al 49% del perímetro de la cintura o al 100% del índice cintura/cadera. Queda claro entonces que la presencia de grasa en la zona central del cuerpo es mucho más relevante que en otras partes del organismo, por lo que es recomendable utilizar este índice en el cálculo del riesgo de nuestros pacientes», apunta el doctor Moya.

Dieta y ejercicio

De hecho, se da la paradoja de personas que, con un IMC normal, tienen un perímetro de la cintura elevado. Un tipo de paciente al que se denomina delgado, pero metabólicamente enfermo. «Nos obsesionamos con perder peso y la intervención más rentable es reducir cintura. No basta solo la dieta, es necesario el ejercicio», explica a ABC el doctor José Manuel García Almeida, jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quiron Málaga y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), que recuerda que el sedentarismo también es un factor de riesgo por sí mismo. 

Los valores de corte según el National Institutes of Health (NIH) para establecer el riesgo cardiovascular potencial son más de 102 centímetros de perímetro de cintura para hombres y 88 centímetros para mujeres. 

Hay varias causas por las que la grasa se acumula en una zona concreta del cuerpo. El doctor Esteban Jódar, jefe de servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Quirón Madrid, apunta primero al determinante sexual. «En general hay una obesidad típica de las mujeres, donde la grasa se acumula en los glúteos, mientras que en los varones es en la barriga. Aunque ellas con la menopausia pueden alterar su forma en este sentido». También influye la «predisposición genética», por lo que hay familias en las que sus miembros son más propensos a acumular en la tripa.

La grasa abdominal, difícil de quitar

En cualquier caso, el principal culpable de esta situación es un balance calórico positivo. Ingerimos más de lo que gastamos. «La alimentación es cada vez más hipercalórica, rica en azúcares simples y grasas de mala calidad, y se hace menos ejercicio. Estar sentado quema la mitad de calorías que estar de pie», advierte el doctor Jódar. 

El problema es que la grasa abdominal es más difícil de diluir que la de otras zonas. «Se pierde antes la generalizada y se queda el michelín, pero el paciente no debe desanimarse y tiene que seguir insistiendo con la dieta y el ejercicio», asegura la doctora Assumpta Caixàs, coodinadora del Grupo de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (Seen), que recomienda realizar una actividad aeróbica (caminar, bailar, nadar, bicicleta, pilates), que «no tiene por qué ser matarse a abdominales», y evitar sobre todo las grasas saturadas

Lo ideal es regresar al patrón de dieta mediterránea, que reduce el riesgo cardiovacular, como demostró el estudio Predimed. «El aceite de oliva debe ser la grasa fundamental; como proteína, el pescado y las legumbres; y de hidratos, la fruta, verdura y cereales integrales», recuerda el doctor García Almeida. En cuanto a las carnes, hay que optar por las magras y dejar las rojas para un consumo ocasional. 

La barriga también puede aparecer tras una comilona o por exceso de gases pero, no se engañe, si al cabo de dos o tres días no ha desaparecido, es grasa.

domingo, 22 de febrero de 2015

Y de coger ni hablamos?


http://www.sinembargo.mx/opinion/21-02-2015/32048

Reproducido del muro de Daysi Zamora

¿Y de coger ni hablamos?

Alberto Alcocer / @beco / b3co.com
Alberto Alcocer / @beco / b3co.com
50 sombras de Grey es una película mala, sí: aburrida, un chick flick típico, nada sorprendente, predecible, más bien sosa y mediocre como miles de películas mediocres ha habido a lo largo de la historia del Cine. Basada en una novela igual de mala en cuanto a valor literario.

Pero el hecho es que convoca a millones de mujeres y, en lugar de aguzar el olfato para comprender el evento como un síntoma y tratar de dilucidar qué querría decirnos que, en pleno 2015, las mujeres respondan en masa ante la posibilidad de leer escenas sexuales o de verlas en la pantalla; nos clavamos en descalificar la película metiendo con calzador criterios de género para su análisis.

Y a riesgo de que me den duro y tupido (¡oh, sí! denme pero con arte), estoy convencida de que nos equivocamos tratando de mirar el fenómeno desde ahí.

No hemos entendido nada de la verdadera libertad por más que vociferemos sobre nuestra visión incluyente del mundo. Y lo sostengo porque esa pasarela de interpretaciones obsesivas sobre cómo deberíamos ser, cómo deberíamos comer, cómo deberíamos hablar, cómo deberíamos expresar un correcto sentido del humor, cómo deberíamos enamorarnos, cómo se debería asumir correctamente la masculinidad, cómo debería comportarse una mujer empoderada y hasta cómo deberíamos estimular nuestro erotismo o – para decirlo sin filtros-, cómo deberíamos calentarnos para procurar una buena cogida es una enfermedad colectiva que encuentro verdaderamente alarmante.

El asunto es que entre una y otra causa sesgada ese intento de inclusión termina siendo terriblemente excluyente, dictatorial y persecutorio contra todo el que no piense que la minoría que defiendo es tan importante como la minoría que defiende él.

¿Es que no lo vemos?

Los fenómenos virales que ocurren en nuestro imperio digital son interesantísimos eventos que, si tuviéramos menos prisa por salir a descalificarlos demostrando nuestra brillantez posmoderna y más apertura para mirarlos tranquilamente a profundidad; nos revelarían con tremenda riqueza qué está pasando con nosotros como especie. Pero no, una y otra vez se impone el ruido multitudinario, el juicio moral disfrazado de conceptos políticamente correctos, la voracidad por lo inmediato y la vomitiva pulsión por corregirle la plana a todo el que no piense como nosotros.

Cuando deberíamos aprovechar este o cualquier otro bendito pretexto para hablar de sexo, de erotismo, de libertad para cultivar nuestro personalísimo placer, en resumen: de ganas de coger.
Ahora me explico.

La ansiedad se alimenta de la restricción, así funcionan los resortes de la psique: pónganse a dieta y verán cómo, desde el minuto que le den la orden a su cerebro para catalogar alimentos prohibidos, empiezan a desearlos con una desesperación inaudita; decidan dejar de fumar y verán cómo, apenas pensarlo, el cuerpo les pide fumar tres cigarros en lugar de uno… así es la cosa.
Es decir que hay una relación directamente proporcional entre la ansiedad con la que deseamos algo y la rigidez con la que se restringe y el grado en el que resentimos la ausencia de ese satisfactor en nuestras vidas.

Y, para que lo que voy a decir no suene a verdad de Perogrullo, les comparto algunos datos que se publicaron hace unos días en El País a propósito de las búsquedas sobre sexo en Google:

Las búsquedas de “matrimonio sin sexo” superan en tres veces y media a las de “matrimonio infeliz”, y en ocho veces a las de “matrimonio sin amor”. Hay 16 veces más quejas de que el cónyuge no desea practicar sexo que de que la pareja no está dispuesta a hablar.
Pues sí, las salas de cine abarrotadas por mujeres casadas y jovencitas deseosas de ver encuentros carnales “novedosos” permite, fácilmente, inferir dos cosas: que la actividad sexual en sus vidas es poca o nula y que sus prácticas probablemente sean monótonas, aburridas; nada para alegrarse pero tampoco nada para sorprenderse.

Lo que sí sorprende es que, con tanto alarde de liberación femenina, y con tanto alarde de no discriminación hacia las preferencias sexuales; haya tal cantidad de voces intelectuales descalificando que a un grupo de mujeres les caliente ese tipo de contenido que ha sido llamado “mommy porn” o pornografía para mamás. Como broma está bien, para divertirnos con el asunto da para mucho y unas buenas carcajadas siempre serán bienvenidas.

Pero es que hay quienes se han tomado la cruzada muy en serio. Yo nada más digo, cuidado: hay una sospechosa similitud entre la reacción descalificadora actual porque no se habla de sexo como “debería” y la reacción ultraconservadora de quienes, un siglo atrás, prohibían categóricamente hablar de sexo.

Por fin, ¿defendemos o no el derecho a la libertad carnal, al puro ejercicio del placer, a la desvergüenza para poder decir: soy mujer, me gustan tales o cuales prácticas sexuales y lo que me excita es esto?

Tener como recurso de estimulación erótica el libro vaquero, a Baudelaire, al Marqués de Sade o las 50 sombras de Grey debería ser terreno de libertad inalienable e irreductible. Y no veo por qué, si el orgasmo es de quien lo trabaja, el método para llegar a él no sea también elección y trabajo individual de cada quien.

Y reitero que estoy hablando del libre albedrío ejercido sobre lo más sagrado y acaso lo único realmente propio que tenemos que es el cuerpo.

Tampoco me interesa repasar la calidad cinematográfica o literaria porque me parece un despropósito y una pérdida de tiempo pues repito que la novela y la película son mediocres y no hay mucho más que decir al respecto. Claro que coincido con quienes intentan promover otros títulos eróticos que yo misma he tenido entre mis manos y me han hecho suspender el aliento y sentir ese golpecito agudo en la entrepierna al leerlos; por nombrar algunos diré Lolita de Vladimir Nabokov que es una gloria y en su momento fue tan injustamente rechazada y censurada, Las edades de Lulú de Almudena Grandes, El Amante de Marguerite Duras o, para reivindicar textos nacionales y contemporáneos, cito tres que se pueden conseguir fácilmente: Brama de David Miklos, Los abismos de la piel de Lourdes Meraz y Demasiado Amor de Sara Sefchovich.

Pero vuelvo al punto: que existan campañas digitales contra el pezón en redes sociales y que se tenga que camuflar en las imágenes donde aparecen unas tetas para evitar la perturbación de las buenas conciencias o que el ideal del cuerpo femenino siga imponiéndose como prototipo único en los medios de comunicación, son hechos que algún parecido guardan con las represalias ideológicas de quienes piensan que hay reglas para el erotismo y se empeñan en imponer un “deber ser” para la correcta expresión de la sexualidad.

Piénsenlo dos veces y verán cómo todo apunta a una misma pulsión punitiva y prejuiciosa. Es como si nuestras cansinas ideologías de civilización neurótica fueran los nuevos cinturones de castidad que impiden disfrutar del cuerpo según el antojo de cada individuo.

La famosa frase de John Lennon, esa que dice que vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor mientras la violencia se practica a plena luz del día, me hace reflexionar en por qué no nos escandalizamos con la cantidad de películas de violencia hollywoodense cuyo leitmotive es la sangre y en las que lo mismo vemos volar en pedazos autos y edificios que cuerpos humanos; lo común es que ante eso nadie se alarme pues nos hemos normalizado con semejante contenido, pero aparece una película con pretensiones eróticas y todo el mundo levanta el dedo para señalar algo. Por ello insisto en que hay que pensarlo mejor, en que hay que pensarnos mejor.

Así que más allá del irritante fenómeno comercial, del contenido poco profundo y de la lluvia de lugares comunes que esta historia cuenta; aceptemos que algo bueno ha salido de ella y es que deja claro un mensaje: las mujeres buscamos, abiertamente y cada vez con menos riesgo de ser llamadas putas, contenido sexual y erótico en nuestras preferencias de entretenimiento.

La película rompió récord en 11 países el fin de semana de su estreno y recaudó más de 240 millones de dólares.

¿Que las mujeres no pensamos en sexo? Tabú derribado, y de qué manera.
@AlmaDeliaMC

sábado, 21 de febrero de 2015

SandinoRebellion.com - Home Page

Tomado del Muro de Sofia Montenegro.

http://www.sandinorebellion.com/index.htm

 "THIS WEBSITE IS ENVISIONED as a comprehensive, interpretive, open-access digital archive on the nationalist rebellion against US military intervention in Nicaragua led by Augusto C. Sandino in the 1920s and '30s. Rigorous accuracy, judicious interpretation, and the democratization of knowledge rank among its most important guiding principles. (Right: Statue in Managua commemorating the 1979 Triumph of the Sandinista Revolution, July 19, 2009; photo by the author.)"

 
ARTICLE INTERWOVEN WITH THIS WEBSITE AWARDED THE 2013 DAVIS PRIZE BY THE MIDDLE ATLANTIC COUNCIL ON LATIN AMERICAN STUDIES (MACLAS) — "CULTURAL GEOGRAPHIES OF GRIEVANCE & WAR:...
sandinorebellion.com
 
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Al cumplir los 80...

http://elpais.com/elpais/2013/07/10/opinion/1373457617_864305.html

Si, me faltan unos anos...Desde los 60 la distancia parece inmensa. Ya sabemos que no es asi. El tiempo pasa volando! Me alegro de asomarme al futuro en las letras de este insigne neurologo y escritor. Comparto con el la misma sensacion "Me siento contento de estar vivo" aunque no estoy limitado por la vida. La muerte, tan poderosa, no solo forma parte de la vida y es inevitable, sino que en este ciclo ya esta vencida. Vivo por adelantado en las vidas de mis hijos y mis nietos. Ya no soy yo en estas vidas nuevas. Pero, los veo una y otra vez...y cuanto tienen de mi. El Mariano ya conquisto el futuro. La inercia de la genetica me ha llevado a otras vidas en un vaiven comun pata todos nosotros, viajeros temporales en este universo que llenos de fantasia pensamos que es unico. Desde una de mis frases preferidas "Vida nada me debes, vida estamos en Paz" lo digo con conviccion: bienvenidos los 70 y tambien los 80 y mas alla si fuera el caso. La muerte tambien hoy, manana, pasado manana. Cuando me toque. Solo quiero una muerte dulce. Despues sere un ciudadano de este magnifico universo que nos rodea, formare parte de la energia universal y esperare de nuevo mi turno para volver si fuera el caso. Los dejo con estas disquiciones que a continuacion abordan este tema con mas propiedad que estos rapidos comentarios.

Al cumplir los 80

No pienso en la vejez como en una época cada vez más penosa que tenemos que soportar de la mejor manera posible, sino en una época de ocio y libertad, liberados de las urgencias artificiosas de días pasados



RAQUEL MARÍN

Anoche soñé con el mercurio: enormes y relucientes glóbulos de azogue que subían y bajaban. El mercurio es el elemento número 80, y mi sueño fue un recordatorio de que muy pronto los años que iba a cumplir también serían 80. Desde que era un niño, cuando conocí los números atómicos, para mí los elementos de la tabla periódica y los cumpleaños han estado entrelazados. A los 11 años podía decir: “soy sodio” (elemento 11), y cuando tuve 79 años, fui oro. Hace unos años, cuando le di a un amigo una botella de mercurio por su 80º cumpleaños (una botella especial que no podía tener fugas ni romperse) me miró de una forma peculiar, pero más adelante me envió una carta encantadora en la que bromeaba: “tomo un poquito todas las mañanas, por salud”.

¡80 años! Casi no me lo creo. Muchas veces tengo la sensación de que la vida está a punto de empezar, para en seguida darme cuenta de que casi ha terminado. Mi madre era la decimosexta de 18 niños; yo fui el más joven de sus cuatro hijos, y casi el más joven del vasto número de primos de su lado de su familia. Siempre fui el más joven de mi clase en el instituto. He mantenido esta sensación de ser siempre el más joven, aunque ahora mismo ya soy prácticamente la persona más vieja que conozco.

A los 41 años pensé que me moriría: tuve una mala caída y me rompí una pierna haciendo a solas montañismo. Me entablillé la pierna lo mejor que pude y empecé a descender la montaña torpemente, ayudándome solo de los brazos. En las largas horas que siguieron me asaltaron los recuerdos, tanto los buenos como los malos. La mayoría surgían de la gratitud: gratitud por lo que me habían dado otros, y también gratitud por haber sido capaz de devolver algo (el año anterior se había publicado Despertares).

A los 80 años, con un puñado de problemas médicos y quirúrgicos, aunque ninguno de ellos vaya a incapacitarme. Me siento contento de estar vivo: “¡Me alegro de no estar muerto!”. Es una frase que se me escapa cuando hace un día perfecto. (Esto lo cuento como contraste a una anécdota que me contó un amigo. Paseando por París con Samuel Beckett durante una perfecta mañana de primavera, le dijo: “¿Un día como este no hace que le alegre estar vivo?”. A lo que Beckett respondió: “Yo no diría tanto”). Me siento agradecido por haber experimentado muchas cosas –algunas maravillosas, otras horribles— y por haber sido capaz de escribir una docena de libros, por haber recibido innumerables cartas de amigos, colegas, y lectores, y por disfrutar de mantener lo que Nathaniel Hawthorne llamaba “relaciones con el mundo”.

Siento haber perdido (y seguir perdiendo) tanto tiempo; siento ser tan angustiosamente tímido a los 80 como lo era a los 20; siento no hablar más idiomas que mi lengua materna, y no haber viajado ni haber experimentado otras culturas más ampliamente.

Siento que debería estar intentado completar mi vida, signifique lo que signifique eso de “completar una vida”. Algunos de mis pacientes, con 90 o 100 años, entonan el nunc dimittis —“He tenido una vida plena, y ahora estoy listo para irme”—. Para algunos de ellos, esto significa irse al cielo, y siempre es el cielo y no el infierno, aunque tanto a Samuel Johnson como a Boswell les estremecía la idea de ir al infierno, y se enfurecían con Hume, que no creía en tales cosas. Yo no tengo ninguna fe en (ni deseo de) una existencia posmortem, más allá de la que tendré en los recuerdos de mis amigos, y en la esperanza de que algunos de mis libros sigan “hablando” con la gente después de mi muerte.

Las reacciones se han vuelto más lentas pero, con todo, uno se encuentra lleno de vida
El poeta W. H. Auden decía a menudo que pensaba vivir hasta los 80 y luego “marcharse con viento fresco” (vivió solo hasta los 67). Aunque han pasado 49 años desde su muerte yo sueño a menudo con él, de la misma manera que sueño con Luria, y con mis padres y con antiguos pacientes. Todos se fueron hace ya mucho tiempo, pero los quise y fueron importantes en mi vida.

A los 80 se cierne sobre uno el espectro de la demencia o del infarto. Un tercio de mis contemporáneos están muertos, y muchos más se ven atrapados en existencias trágicas y mínimas, con graves dolencias físicas o mentales. A los 80 las marcas de la decadencia son más que aparentes. Las reacciones se han vuelto más lentas, los nombres se te escapan con más frecuencia y hay que administrar las energías pero, con todo, uno se encuentra muchas veces pletórico y lleno de vida, y nada “viejo”. Tal vez, con suerte, llegue, más o menos intacto, a cumplir algunos años más, y se me conceda la libertad de amar y de trabajar, las dos cosas más importantes de la vida, como insistía Freud.

Cuando me llegue la hora, espero poder morir en plena acción, como Francis Crick. Cuando le dijeron, a los 85 años, que tenía un cáncer mortal, hizo una breve pausa, miró al techo, y pronunció: “Todo lo que tiene un principio tiene que tener un final”, y procedió a seguir pensando en lo que le tenía ocupado antes. Cuando murió, a los 88, seguía completamente entregado a su trabajo más creativo.

Mi padre, que vivió hasta los 94, dijo muchas veces que sus 80 años habían sido una de las décadas en las que más había disfrutado en su vida. Sentía, como estoy empezando a sentir yo ahora, no un encogimiento, sino una ampliación de la vida y de la perspectiva mental. Uno tiene una larga experiencia de la vida, y no solo de la propia, sino también de la de los demás. Hemos visto triunfos y tragedias, ascensos y declives, revoluciones y guerras, grandes logros y también profundas ambigüedades. Hemos visto el surgimiento de grandes teorías, para luego ver cómo los hechos obstinados las derribaban. Uno es más consciente de que todo es pasajero, y también, posiblemente, más consciente de la belleza. A los 80 años uno puede tener una mirada amplia, y una sensación vívida, vivida, de la historia que no era posible tener con menos edad. Yo soy capaz de imaginar, de sentir en los huesos, lo que supone un siglo, cosa que no podía hacer cuando tenía 40 años, o 60. No pienso en la vejez como en una época cada vez más penosa que tenemos que soportar de la mejor manera posible, sino en una época de ocio y libertad, liberados de las urgencias artificiosas de días pasados, libres para explorar lo que deseemos, y para unir los pensamientos y las emociones de toda una vida. Tengo ganas de tener 80 años.

Cuando me llegue la hora, espero poder morir en plena acción, como Francis Crick

 liver Sacks es neurólogo y escritor. Entre sus obras destacan Los ojos de la mente, Despertares y El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Su último libro, Alucinaciones, lo publicará próximamente Anagrama.
© Oliver Sacks, 2013
Traducción de Eva Cruz.

10 Cosas Increibles Que No Sabias Que Los Perros Pueden Predecir


http://www.recreoviral.com/animales/cosas-perros-pueden-predecir/

10 Cosas Increibles Que No Sabias Que Los Perros Pueden Predecir

Los perros son animales sensibles, amigables,cariñosos, leales, buenos compañeros, y por esta razón son considerados los mejores amigos del hombre. Algunos por su carácter son entrenados para  ayudar a personas con capacidades diferentes.Por otro lado, los caninos debido a que tienen muy desarrollado varios sentidos como el oído y el olfato, son capaces de detectar enfermedades o predecir circunstancias de salud en los humanos. A continuación te mostraremos un listado de todas aquellas cosas que pueden prevenir.

1. Los cambios de clima o tormentas

perro cafe con manchas blancas viendo por la venta
Los perros gracias a su sentido del oído que tienen mejor desarrollado pueden escuchar sonidos que tal vez los humanos no detectamos, permitiéndoles  oír los truenos mucho antes de que nosotros nos demos cuenta. Por otro lado, tienen un olfato inigualable con el que huelen  como los truenos ionizan el aire con la formación de ozono y generan un peculiar olor metálico que los ellos son capaces de detectar.
Además son sensibles a los cambios de clima,  ya que   pueden sentir en las patas las vibraciones de los relámpagos, lo cuál los alerta y por esta razón siempre se ponen nerviosos cuando hay tormentas, caminando de un lugar a otro, inquietos, pues los sonidos de los truenos los asustan.

2. Son capaces de detectar temblores

perro blanco entre escombros despues de un derrumbe
Debido a su sentidos los perros pueden estar al tanto de algún temblor al escuchar el movimiento de las piedras o de las cosas antes de que las personas sientan el movimiento , también se sugiere que los perros pueden sentir las ondas sísmicas a través de sus patas, como en el caso de las tormentas.

3. Embarazos

perro con mujer embarazada en un campo abierto
Los perros son tan sensibles que incluso pueden resultar mas exacto que una prueba de embarazo. Ya que su olfato puede percibir el cambio de hormonas y del cuerpo de su ama.

4. El estado de ánimo

perro golden retriewer que es acariciado por su ama
 Además de ser buenos compañeros en los momentos de soledad, ellos se dan cuenta de cuando estas triste, pues son increíbles observadores y pueden saber antes que tú cuando estás a punto de enojarte. Estarán junto a ti en las buenas y en las malas

5. Enfermedades


perro bulldog con un estetoscopio medico
Tal vez las personas desconocemos muchos de los beneficios que te ofrece el tener un perro. Estos animales son tan sensibles a muchos cambios, que incluso han detectado el cáncer a sus dueños, ya que mediante el olfato se han dado cuenta de esta enfermedad fatal. Son capaces de encontrar las zonas con células cancerígenas y avisar a sus dueños de que es momento de ir al médico para una revisión.

6. Cuando regresas a casa

perro de raza pug  asomandose en la ventana
Cada persona tenemos un olor que nos distingue, probablemente nosotros nos somos capaces de percibirlo, a diferencia de los caninos que ellos saben y reconocen en que momento te acercas a tu casa.  Su olfato tan desarrollado les permite  oler a sus dueños kilómetros antes de que lleguen a casa. Al momento de percibir tu aroma se ponen como locos en la ventana o en la puerta y cinco minutos antes de tu llegada.

7. Que estas en labor de parto

perro oliendo una panza de una señora embarazada
Son animales tan inteligentes que perciben el momento de la llegada de algún nuevo miembro de la familia. Incluso algunos expertos sugieren que el perro es capaz de detectar el cambio en el olor de su dueña y avisarle que ya viene el bebé. Algunos perros  no se despegan de sus dueñas en los últimos días del embarazo, pues son muy files y saben que debe de estar protegida.

8. Los Ataques epilépticos

perro raza chihuahua dandole la patita a su ama
Debido a su inteligencia los perros pueden ser entrenados para acompañar a personas con capacidades diferentes como es el caso de los invidentes. Por otro lado, también se les da entrenamiento para detectar si  sus dueños tienen algún ataque de epilepsia, y les avisan para tomar sus medicinas e incluso están entrenados para buscar ayuda en caso de que al dueño le pase algo.

 9. Que te vas de casa

perro negro triste echado en un muelle
Tu perro te conoce tan bien, que no es necesario que te despidas de él, pues sabe que te irás de casa, aunque no te haya visto agarrar las llaves, perciben tus movimientos gracias a que son excelentes observadores, en ese momento saben que se quedarán solos en la casa.

10. Enfermedades como la Diabetes

niño abrazando a su perro labrador blanco
Hay muchos perros que debido a su raza son entrenados para  detectar cuando los niveles de azúcar en la sangre de sus dueños están bajos. Esto lo pueden hacer mediante su olfato, pues con sólo con olerlos saben el momento que es necesario para tomar  sus medicinas.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Meditation may slow age-related brain atrophy, new research suggests.

 Fte: http://www.medscape.com/viewarticle/839791?nlid=76463_440&src=wnl_edit_medp_publ&uac=158264HV&spon=42

Meditation may slow age-related brain atrophy, new research suggests.
Florian Kurth
An imaging study conducted by investigators at the University of California, Los Angeles, showed that long-term meditators experienced less gray matter loss compared with matched control persons who did not meditate.

Particularly surprising was the magnitude of this effect in nine clusters throughout the brains of meditators, suggesting that the practice affects more areas of the brain than previously thought.

"We expected that there would be small regions in the brain where we would see an effect ― mostly in regions where there was a difference reported before," lead investigator Florian Kurth, MD, PhD, postdoctoral fellow at the University of California, Los Angeles (UCLA) Brain Mapping Center, told Medscape Medical News. "What we found, however, were effects throughout the whole brain, which is something really different; it's really huge."

The researchers report that this is the largest related study of the effects of meditation on the brain, and it is also unique because it looked at long-term meditators.

The article was published online January 21 in Frontiers in Psychology.
 
Widespread Effect
The study included 50 meditators (28 men and 22 women) ranging in age from 24 to 77 years (mean age, early 50s) who had practiced meditation for from 4 to 46 years (mean, almost 20 years). It also included 50 matched control participants (28 men and 22 women) who did not meditate.
All participants underwent MRI of the brain at the same site using the same scanner and following the same scanning protocol.

The investigators examined the association between age and whole-brain gray matter and between age and local gray matter.

For whole-brain gray matter, they found a significant negative correlation in both control persons and meditators (for both, P < .001), suggesting age-related gray matter decline in both groups.

domingo, 15 de febrero de 2015

Religión y violencia

 http://elpais.com/elpais/2015/02/03/opinion/1422993559_566711.html

Religión y violencia

Ni en los textos sagrados ni en las conductas encontramos diferencias radicales entre las religiones. Pero el islam, como cultura, sigue sin adaptarse a la modernidad porque no ha tenido revoluciones de signo liberal


EDUARDO ESTRADA
El abominable atentado contra el Charlie Hebdo,uno más de los actos terroristas acogidos al manto de la yihad islámica, ha vuelto a poner sobre la mesa la relación entre religión y violencia. Una relación que choca, en principio, con la idea de que los mensajes religiosos son la base que sustenta principios morales universales entre sus creyentes. Los musulmanes del mundo entero, desde luego, se han apresurado a condenar estos asesinatos, protestando que nada tienen que ver con las doctrinas predicadas en el Corán. Pero la historia registra demasiadas matanzas en nombre de la fe como para que aceptemos, sin más, tan angélicas protestas.
En nuestro descreído mundo europeo, hoy se tiende a pensar, más bien, lo contrario: que hay algo inherente a las religiones (especialmente a ciertas religiones) que convierte a sus fieles en peligrosos para quienes no comulgamos con sus ideas; que la religión, basada en la fe y no en la razón —al contrario que el pensamiento científico—, fomenta la violencia. De ahí a decir que el terrorismo tiene una raíz religiosa no hay más que un paso.
Es cierto que el Corán contiene mensajes pacíficos: “Combatid por Alá […]pero no os excedáis; Alá no ama a los que se exceden” (2:190); “Si pones la mano sobre mí para matarme, yo no voy a ponerla sobre ti, porque temo a Alá, señor del universo” (5:28); “Quien mate a una persona es como si matara a toda la humanidad; quien da la vida a uno, como si la diera a toda la humanidad” (5:33). Pero tan bellos consejos se olvidan cuando el profeta prescribe qué hacer con los no creyentes, a quienes “ni su hacienda ni sus hijos les servirán de nada” sino como “combustible para el fuego” (3:10); “Que no crean los infieles que van a escapar. ¡No podrán! Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería...” (8:59); “¡Creyentes! ¡Combatid contra los infieles que tengáis cerca! ¡Sed duros! ¡Sabed que Alá está con los que le temen!” (9:123); “Matad a los idólatras donde quiera que les encontréis; capturadlos, sitiadlos, tendedles emboscadas por todas partes” (9:5).
Mensajes igualmente contradictorios se encuentran en el Antiguo Testamento. El mismo Levítico que prescribe “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (19:18) recomienda: “Perseguiréis a vuestros enemigos, que caerán ante vosotros al filo de la espada” (26:7-8). Y Jehová ordena a Saúl el genocidio de los amalaquitas con terribles palabras: “No perdones; mata a hombres, mujeres y niños, incluidos los de pecho” (Sam., I, 15:3). En los Evangelios, Jesucristo aconseja al que sea abofeteado ofrecer la otra mejilla y, si quieren quitarnos la túnica, regalar también el manto (Mat., 5:39), pero también advierte de que “no vine a poner paz sobre la tierra, sino espada” (Mat., 10:34). En los momentos previos al prendimiento, previene al discípulo desarmado que “venda su manto y compre una espada”; instantes después, al llegar la cuadrilla que le busca, uno de los discípulos pregunta: “Señor, ¿herimos con la espada?”, y, antes de recibir respuesta, corta la oreja de uno de ellos; Jesús le dice: “Basta ya”, y cura la oreja cortada (Luc., 22:36-51). Pero ese mismo personaje manso se deja llevar por la indignación y la emprende a latigazos con los mercaderes del templo.
Son los fanáticos los que se escudan en los textos que les convienen para justificar sus pulsiones
Si de los textos revelados pasamos a la historia cristiana, encontraremos igualmente ejemplos para las conductas más dispares. Un belicoso y antisemita se acogerá a precedentes como Domingo de Guzmán o Vicente Ferrer, por mencionar solo a los santificados, o invocará las Cruzadas o la Inquisición; uno pacífico y ecologista, a Francisco de Asís, Las Casas o Teresa de Calcuta. Un nacionalista conservador celebrará la memoria de Recaredo o Isabel la Católica; un izquierdista, la del jesuita Ellacuría o el arzobispo Óscar Romero. Un misógino encontrará en las escrituras mil frases y conductas que ratificarán sus prejuicios; pero a un feminista no le faltarán pasajes bíblicos en los que apoyarse.
En la historia, el islam no se ha distinguido de otras religiones por una especial intolerancia o sed de sangre. Refiriéndonos a nuestra Península, la zona musulmana fue más tolerante que la cristiana. Los cristianos sobrevivieron y practicaron su culto bajo el califato de Córdoba, mientras que los musulmanes fueron obligados a convertirse o salir de la monarquía católica —e incluso convertidos, algunos sinceramente, sufrieron nueva expulsión un siglo más tarde—.
En Europa, la reforma luterana abrió un período particularmente sangriento, con hechos como La Noche de San Bartolomé, en la que los católicos franceses pasaron por el cuchillo a varios miles de protestantes. En el siglo XX, las mayores masacres, con millones de víctimas, han sido de inspiración pagana pero se han producido en una Europa de raíces culturales cristianas; parecidas han sido algunas matanzas asiáticas, en zonas de tradición religiosa taoísta, budista o confuciana.
Pocos hechos comparables se registran en el mundo musulmán, salvo el genocidio armenio —tampoco estrictamente religioso—. La ferocidad actual de Al Qaeda o del Estado Islámico no debe hacernos olvidar a personajes como Malala Yousafzai, que arriesga su vida en defensa de la educación de las niñas, o los abogados iraníes o paquistaníes encarcelados o asesinados por defender los derechos humanos y la tolerancia religiosa. Son héroes de la libertad y son musulmanes.
Si una identidad cultural se siente postergada o en riesgo de desaparecer, surgen las tensiones
Con lo que, al final, ni los textos ni las conductas ejemplares permiten distinguir radicalmente entre unas religiones y otras. Todos los mensajes revelados son maleables; todos necesitan arduos trabajos de glosa e interpretación; en todos encontramos afirmaciones que ratifican nuestras posturas preconcebidas. Las doctrinas, además, no se traducen de manera automática en acción. Son los intolerantes y fanáticos los que se escudan en los mensajes que les convienen para justificar sus pulsiones. Más útil, por tanto, que comparar textos me parece comparar las situaciones históricas en las que se hallan las identidades culturales.
Porque la religión es una identidad colectiva, semejante al linaje o la nación. Una identidad que nos adscribe a un determinado grupo humano, del que recibimos nombre y cultura. Y la identidad es muy distinta a las creencias, como demuestra el simple hecho de que en España el porcentaje de quienes se consideran católicos sea superior al de aquellos que declaran creer en Dios.
Esas identidades culturales, de las que forma parte la religión, pasan por distintas fases. Cuando nuestra forma de vida es envidiada e imitada por todos, podemos ser optimistas y generosos. Pero cuando está postergada, y corre el riesgo de desaparecer, surgen las tensiones y las reacciones violentas.
En los últimos siglos, las identidades religiosas tradicionales han tenido que adaptarse al choque con la modernidad. El catolicismo sufrió el embate del luteranismo, de las revoluciones filosófica y científica, la Ilustración, la industrialización, las revoluciones liberales, la democracia. Enfurruñado ante la incomprensión universal, Pío IX condenó la modernidad in toto y se encerró en el Vaticano. Pero otro Papa, 70 años después, abandonó el encierro y aceptó lo inevitable. Lo inevitable era la separación entre la Iglesia y el poder político, la libertad de opinión, la diversidad de creencias entre los ciudadanos, la desaparición del papel del clero como monopolizador de las verdades sociales.
El islam —como cultura, no como religión— no ha tenido protestantismo, ilustración ni revoluciones liberales. Y sigue sin adaptarse a la modernidad en, al menos, tres terrenos fundamentales: la separación Iglesia-Estado, lograda en Occidente tras la huella ilustrada; la igualdad de géneros, conquista de los movimientos feministas del XIX y XX; y la pluralidad de creencias como base de la convivencia libre. Sin aceptar estos principios, las tensiones que produce el impacto de la modernidad llevarán a la crispación y, en los más locos, a la violencia asesina. Con lo cual, al final, resulta que sí, que en el islam hay problemas específicos que generan tensiones y, en casos extremos, terrorismo. Aunque no se derivan de sus doctrinas —tan maleables como otras—, sino de su inadaptación a la modernidad.
José Álvarez Junco es historiador. Su último libro es Las historias de España (Pons / Crítica).

"La apertura cubana es un maquillaje” - Un punto de vista interesante - Sin...comentarios.

"La apertura cubana es un maquillaje”

El fundador de la Nueva Trova habla de sus años en los campos de trabajo


El cantautor cubano Pablo Milanés, en Madrid. / uly martin
En esta entrevista concedida a EL PAÍS, mitad por vía telefónica, mitad de forma presencial, Pablo Milanés (Bayamo, 1943) habla  en profundidad de los años que pasó en las UMAP, los campos de trabajo tristemente célebres donde en los sesenta fueron recluidos homosexuales, religiosos y todos aquellos que en Cuba no se adecuaban a los “parámetros revolucionarios”.
Sobre el anuncio del restablecimiento de relaciones entre Cuba y EE UU, el cantante y compositor dice que no ve verdadera disposición a “ceder” en ninguna de las dos partes y considera “un maquillaje” las reformas realizadas hasta ahora en su país. Sin embargo, sigue sintiéndose revolucionario y pone como ejemplo a seguir al expresidente de Uruguay, José Mujica.
Este viernes por la noche acompañó a Víctor Manuel en su concierto 50 años no es nada y la semana próxima comenzará una gira por España para presentar Renacimiento, trabajo que llega siete años después de su último álbum y en el que Milanés rescata ritmos tradicionales de Cuba como el guaguancó, el son o el changüí, poco habituales en su repertorio. El año pasado el cantautor se sometió en España a un trasplante de riñón donado por su esposa, Nancy, y ahora parece rejuvenecido. Acaba de terminar un disco con José María Vitier y trabaja en dos nuevos proyectos, uno de ellos con su hija Haydee.
Pregunta. En el reciente Festival de Cine de La Habana se hizo un homenaje a García Márquez. Allí usted cantó Días de Gloria (1999), una de las canciones que más gustaban al escritor y que en su estrofa final lamenta: “Qué es lo que me queda/ de aquella mañana/ de esos dulces años/ si en ira y desengaño/ los días de gloria/ los dejamos ir”. ¿Era un desengaño compartido? ¿Por qué tanta gente arrepentida?
Respuesta. Nunca hablé con Gabo de por qué le gustaba esa canción, pero la escuchó, le gustó y la elogió muchísimo… debió comprenderla perfectamente. Arrepentido no es precisamente la palabra. Estoy más bien, y creo que los que piensan como yo también, defraudado por unos dirigentes que prometieron un mañana mejor, con felicidad, con libertades y con una prosperidad que nunca llegó en 50 años.
P. ¿Por qué Renacimiento?
R. Este trabajo se llamó así por dos motivos: porque es un renacer en mi obra después de varios años sin publicar un disco, y porque la base fundamental de casi todos los temas es la música renacentista y barroca, esencial en mi obra. A partir de esos pilares exploro distintos géneros cubanos menos conocidos e incluso algunos más olvidados como el changüí, que es una variante específica del oriente cubano y con raíces más profundas en Europa y África. En muchos de los temas se combinan dos estilos musicales, transitando desde una primera parte clásica a un género más contemporáneo o esencialmente cubano en la segunda parte de la composición.
P. En las letras también hay cargas de profundidad. En Canto a La Habana dice: “La Habana siempre es mi guía/ Limpia y bonita como fue ayer/ mustia y marchita como está hoy”.
R. La Habana es una de las ciudades más mágicas del mundo aun cuando se está cayendo. Es una canción de alabanza, pero al mismo tiempo contiene la tristeza por el hecho de cómo la han dejado caer en la “miseria y la soledad”, como digo en la canción.
Todavía espero que el Gobierno cubano pida perdón por la UMAP
P. En Dulces recuerdos se recrea el día en que se legalizó el Partido Comunista de España. “El recuerdo no marchita tu belleza de esa noche,/ pero el tiempo se ha encargado de matar otros anhelos/ y me lleva hasta París 68, cuando juntos contemplábamos un cartel que nos decía: ‘Marx ha muerto, Dios no existe...”. ¿Vale también para Cuba?
R. Aquel día estaba en Madrid y sentí la euforia de aquella cantidad de gente que corría hacia la Cibeles a celebrarlo. Yo también lo celebré hasta la madrugada. Por mucha universalidad que tengan mis canciones, es raro que no incluya a Cuba, y naturalmente Cuba también está ahí y forma parte del fracaso del socialismo real, del que hablo en ese tema.
P. Recientemente recibió un trasplante de riñón, que donó tu esposa Nancy. ¿Cómo le ha cambiado la vida?
R. Me siento extraordinariamente bien, me hago exámenes mensuales desde el trasplante y todos los parámetros están cerca de la perfección. Naturalmente me ha cambiado la vida, y eso implica el sacrificio de un cambio radical de costumbres.
P. Ese acto de amor de Nancy…
R. Efectivamente, fue un acto de amor inconmensurable. Cuando Nancy decidió donarme su riñón lo expresó ante mis hijos, mis amigos y los que me querían, con una convicción que no tuvo reproches de parte de nadie; demostró a todos que ese acto de amor era intocable.
P. ¿Cómo valora el anuncio del restablecimiento de relaciones entre Cuba y EE UU?
R. En primer lugar, me llenó de regocijo el regreso de los presos cubanos, porque aquí siempre existió la convicción de que el juicio en EE UU estuvo amañado. Luego viene el restablecimiento de las relaciones, que para los cubanos del interior y del exterior, sin duda, es conveniente por la unificación definitiva de muchas familias. Ahora, tras 18 meses de conversaciones secretas, donde se supone que llegaron a acuerdos, las declaraciones de los gobiernos de ambos países me dejan desconcertado. Cuba no cederá un ápice en su posición y EE UU penetrará en todos los ámbitos que pueda para el supuesto desarrollo de la nación cubana. Siguen enrocados. ¿A qué acuerdos llegaron los dos si ahora se contradicen? Esa es mi duda: que ninguno ceda y que otra vez el pueblo cubano siga en su agonía sin salida, como está hace 50 años.
P.¿Las medidas aperturistas en Cuba han tenido efectos positivos, o sólo han incrementado las desigualdades?
R. Ni una cosa ni la otra. Siempre he dicho que esas aparentes aperturas han sido un simple maquillaje. Hay que ir al fondo, al pueblo de a pie para ver que nada ha cambiado.
P. En recientes entrevistas se ha referido a su paso por los “campos estalinistas” de la UMAP y a cómo este hecho interrumpió su carrera. Hasta ahora nunca ha ahondado en lo que pasó. Puede contarlo hoy...

Hitos de Pablito

- Fundador de la Nueva Trova Cubana junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola
- Autor de canciones inmortales como Yolanda, El breve espacio en que no estás o Yo no te pido
- Viajó por primera vez a España en 1975 y desde entonces ha realizado giras casi todos los años
- Ha editado 54 discos durante su carrera. Su último trabajo es Renacimiento
R. Nunca me han preguntado tan directamente sobre las UMAP (irónicamente Unidades Militares de Ayuda a la Producción). La prensa cubana no se atreve y la extranjera desconoce la nefasta trascendencia que tuvo aquella medida represora de corte puramente estalinista. Allí estuvimos, entre 1965 y finales de 1967, más de 40.000 personas en campos de concentración aislados en la provincia de Camagüey, con trabajos forzados desde las cinco de la madrugada hasta el anochecer sin ninguna justificación ni explicaciones, y mucho menos el perdón que estoy esperando que pida el Gobierno cubano. Yo tenía 23 años, me fugué de mi campamento —me siguieron 280 compañeros presos más de mi territorio— y fui a La Habana a denunciar la injusticia que estaban cometiendo. El resultado fue que me enviaron preso durante dos meses a la fortaleza de La Cabaña, y luego estuve en un campamento de castigo peor que las UMAP, donde permanecí hasta que se disolvieron por lo escandaloso que resultó ante la opinión internacional.
De allí, después de leerme Un día en la vida de Ivan Denisovich, de Aleksander Solzhenitsyn, que me envió un amigo, me di cuenta de que las ideas de un revolucionario no se desvían por los errores que cometen los dirigentes. De allí salí más revolucionario. La UMAP no fue un hecho aislado. Antes de 1966, Cuba se alineó definitivamente a la política soviética, incluyendo procedimientos estalinistas que perjudicaron a intelectuales, artistas, músicos. Según la historia, en 1970 comenzó lo que se llamó el quinquenio gris, y yo digo que realmente comenzó en 1965 y fueron varios quinquenios.
P. ¿Y por qué después de todo esto siguió considerándose revolucionario y defendiendo la revolución?
R. El origen está en lo que significó Cuba en el año 59 para el mundo. Yo tenía entonces 15 años, y cuando profundicé en la realidad social de América Latina me convertí en un revolucionario. Esas ideas no solo cuajaron en mí, sino en todos los países latinoamericanos. Los ideales que profesábamos eran los más puros que se podían tener en aquella época. Otra cosa hubiera sido traicionar mi pensamiento, así que, aunque se cometieran errores, vi que había que defender la idea original... y todavía la defiendo. Yo asumo el pasado, y tengo claro lo que pienso. Apoyo la revolución ciudadana de Correa en Ecuador y la de Evo Morales. Y para mí el ejemplo más grande de revolucionario en América es José Mujica, encarcelado durante 14 años y después un hombre sin rencor, capaz de crear un Estado libre, soberano, no dependiente y próspero.

sábado, 14 de febrero de 2015

CARTA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ A GEORGE W. BUSH

Sin comentarios.....

“CARTA DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ A GEORGE W. BUSH”

“¿Cómo se siente? ¿Cómo se siente ver que el horror estalla en tu patio y no en el living del vecino? ¿Cómo se siente el miedo apretando tu pecho, el pánico que provocan el ruido ensordecedor, las llamas sin control, los edificios que se derrumban, ese terrible olor que se mete hasta el fondo en los pulmones, los ojos de los inocentes que caminan cubiertos de sangre y polvo?
 
¿Cómo se vive por un día en tu propia casa la incertidumbre de lo que va a pasar? ¿Cómo se sale del estado de shock? En estado de shock caminaban el 6 de agosto de 1945 los sobrevivientes de Hiroshima. Nada quedaba en pie en la ciudad luego que el artillero norteamericano del Enola Gay dejara caer la bomba. En pocos segundos habían muerto 80. 000 hombres mujeres y niños. Otros 250. 000 morirían en los años siguientes a causa de las radiaciones. Pero ésa era una guerra lejana y ni siquiera existía la televisión.

¿Cómo se siente hoy el horror cuando las terribles imágenes de la televisión te dicen que lo ocurrido el fatídico 11 de septiembre no pasó en una tierra lejana sino en tu propia patria? Otro 11 de setiembre, pero de 28 años atrás, había muerto un presidente de nombre Salvador Allende resistiendo un golpe de Estado que tus gobernantes habían planeado. También fueron tiempos de horror, pero eso pasaba muy lejos de tu frontera, en una ignota republiqueta sudamericana. Las republiquetas estaban en tu patio trasero y nunca te preocupaste mucho cuando tus marines salían a sangre y fuego a imponer sus puntos de vista.

¿Sabías que entre 1824 y 1994 tu país llevó a cabo 73 invasiones a países de América Latina? Las víctimas fueron Puerto Rico, México, Nicaragua, Panamá, Haití, Colombia, Cuba, Honduras, República Dominicana, Islas Vírgenes, El Salvador, Guatemala y Granada.

Hace casi un siglo que tus gobernantes están en guerra. Desde el comienzo del siglo XX, casi no hubo una guerra en el mundo en que la gente de tu Pentágono no hubiera participado. Claro, las bombas siempre explotaron fuera de tu territorio, con excepción de Pearl Harbor cuando la aviación japonesa bombardeó la Séptima Flota en 1941. Pero siempre el horror estuvo lejos.

Cuando las Torres Gemelas se vinieron abajo en medio del polvo, cuando viste las imágenes por televisión o escuchaste los gritos porque estabas esa mañana en Manhattan, ¿pensaste por un segundo en lo que sintieron los campesinos de Vietnam durante muchos años? En Manhattan, la gente caía desde las alturas de los rascacielos como trágicas marionetas. En Vietnam, la gente daba alaridos porque el napalm seguía quemando la carne por mucho tiempo y la muerte era espantosa, tanto como las de quienes caían en un salto desesperado al vacío.

Tu aviación no dejó una fábrica en pie ni un puente sin destruir en Yugoslavia. En Irak fueron 500. 000 los muertos. Medio millón de almas se llevó la Operación Tormenta del Desierto… ¿Cuánta gente desangrada en lugares tan exóticos y lejanos como Vietnam, Irak, Irán, Afganistán, Libia, Angola, Somalia, Congo, Nicaragua, Dominicana, Camboya, Yugoslavia, Sudán, y una lista interminable? En todos esos lugares los proyectiles habían sido fabricados en factorías de tu país, y eran apuntados por tus muchachos, por gente pagada por tu Departamento de Estado, y sólo para que tu pudieras seguir gozando de la forma de vida americana.

Hace casi un siglo que tu país está en guerra con todo el mundo. Curiosamente, tus gobernantes lanzan los jinetes del Apocalipsis en nombre de la libertad y de la democracia. Pero debes saber que para muchos pueblos del mundo (en este planeta donde cada día mueren 24. 000 pobladores por hambre o enfermedades curables), Estados Unidos no representa la libertad, sino un enemigo lejano y terrible que sólo siembra guerra, hambre, miedo y destrucción. Siempre han sido conflictos bélicos lejanos para ti, pero para quienes viven allá es una dolorosa realidad cercana, una guerra donde los edificios se desploman bajo las bombas y donde esa gente encuentra una muerte horrible. Y las víctimas han sido, en el 90 por ciento, civiles, mujeres, ancianos, niños efectos colaterales.
¿Qué se siente cuando el horror golpea a tu puerta aunque sea por un sólo día? ¿Qué se piensa cuando las víctimas en Nueva York son secretarias, operadores de bolsa o empleados de limpieza que pagaban puntualmente sus impuestos y nunca mataron una mosca?

¿Cómo se siente el miedo? ¿Cómo se siente, yanqui, saber que la larga guerra finalmente el 11 de septiembre llegó a tu casa?

lunes, 9 de febrero de 2015

Por qué las mentes más brillantes necesitan soledad

http://elpais.com/elpais/2015/01/29/buenavida/1422546931_773159.html
Del muro de Silvia Torres Silva

Por qué las mentes más brillantes necesitan soledad

Conectar con uno mismo es fuente de beneficios. Darwin rechazaba todas las invitaciones a fiestas. Y del aislamiento nació el primer ordenador Apple


Según el profesor Robert Lang de la Universidad de Nevada (Las Vegas), experto en dinámicas sociales, muchos de nosotros acabaremos viviendo solos en algún momento de nuestra vida, ya que cada día nos casamos más tarde, las tasas de divorcio aumentan y las personas viven más. La prosperidad también fomenta este estilo de vida, elegido en la mayoría de los casos voluntariamente por el lujo que representa. La periodista Maruja Torres en su autobiografía Mujer en guerra (editada por Planeta) ya se vanagloriaba del placer que le producía meterse en la cama y dormir sola, con las extremidades extendidas en forma de aspa. A esto se le añade la comodidad de disponer del sofá, poder cambiar de canal sin tener que negociar, improvisar planes sin avisar ni dar explicaciones, pasearse por la casa de cualquier guisa, comer a cualquier hora…
Por si fuera poco, el sociólogo Eric Klinenberg, de la Universidad de Nueva York, autor del estudio GOING SOLO: The Extraordinary Rise and Surprising Appeal of Living Alone, está convencido de que vivir solo significa, además, disfrutar de relaciones de más calidad, ya que la mayoría de singles tiene claro que la soledad es mucho mejor que el hecho de sentirse mal acompañado. Incluso hay estudios que aseguran que la soledad facilita el desarrollo de la empatía. Otra socióloga, Erin Cornwell, de la Universidad Cornell en Ithaca (Nueva York), ha determinado tras distintos análisis que es más probable que la gente mayor de 35 años que vive sola pase una velada entre amigos que no aquellos que viven en pareja. Esto también ocurre con las personas mayores que, aun viviendo solas, poseen una red social de amistades tan amplia o más que las personas de su misma edad que viven acompañadas. Es la conclusión a la que llegó el estudio llevado a cabo por el sociólogo Benjamin Cornwell y que publicó en American Sociological Review.

La base de la creatividad y de la innovación

Las personas somos seres sociales, pero tras pasarnos el día rodeados de gente, de reunión en reunión, atentos a las redes sociales y al móvil, hiperactivos e hiperconectados, la soledad ofrece un espacio de reposo sanador. Una de las conclusiones más sorprendentes es que la soledad resulta básica para la creatividad, la innovación y el buen liderazgo. Un estudio realizado en 1994 por Mihaly Csikszentmihalyi (el gran psicólogo de la felicidad) comprobó que los adolescentes que no soportan la soledad son incapaces de desarrollar el talento creativo.
Susan Cain, autora del libro Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking, cuya conferencia en Ted Talks es una de las favoritas de Bill Gates, defiende a ultranza la riqueza creativa que surge de la soledad y reivindica, por el bien de todos, la práctica de la introversión. “Siempre me habían dicho que debía mostrarme más abierta, aunque yo sentía que ser introvertida no era algo malo. Así que durante años fui a bares abarrotados, muchos introvertidos lo hacen, lo que representa una pérdida de creatividad y de liderazgo que nuestra sociedad no se puede permitir. Tenemos la creencia de que toda creatividad y productividad proviene de un lugar extrañamente sociable. Sin embargo, la soledad es el ingrediente crucial de la creatividad. Darwin daba largas caminatas por el bosque y rechazaba enfáticamente invitaciones a fiestas. Steve Wozniak inventó la primera computadora Apple encerrado en su cubículo de Hewlett Packard, donde trabajaba entonces. La soledad importa. Para algunas personas, incluso, es el aire que respiran”.
Cain recuerda que cuando estamos rodeados de gente nos limitamos a seguir las creencias de los demás para no romper con la dinámica de grupo. La soledad, en cambio, significa abrirse al pensamiento propio y original. Denuncia que las sociedades occidentales han privilegiado más a la persona activa que a la contemplativa. Y nos ruega: “Detengan la locura del trabajo constante en equipo. Vayan al desierto para tener sus propias revelaciones”.

La conquista de la libertad

“Solo cuando estoy sola me siento completamente libre. Me reencuentro conmigo misma y eso me resulta agradable y reparador. Es cierto que, por inercia, cuanto menos solo estás, más te cuesta estarlo. No obstante, en una sociedad que te obliga a estar enormemente pendiente del afuera, los espacios de soledad representan la única posibilidad de contactar otra vez con uno mismo. Es un movimiento de contracción necesario para recuperar el equilibrio”, asegura la psicóloga Mireia Darder, autora del libro Nacidas para el placer (Ed. Rigden).
También el gran filósofo del momento, Byung-Chul Han, autor de La sociedad del cansancio (Ed. Herder), abandera la necesidad de recuperar nuestra capacidad contemplativa para compensar nuestra hiperactividad destructora. Según este autor, solo tolerando el aburrimiento y el vacío seremos capaces de desarrollar algo nuevo y de desintoxicarnos de un mundo lleno de estímulos y de sobrecarga informativa. Byung-Chul Han tiene muy presente las palabras de Catón: “Nos olvidamos de que nunca está nadie más activo que cuando no hace nada, nunca está menos solo que cuando está consigo mismo”.

Conciencia de sí y auditoría interior

“Para mí la soledad representa la ocasión de revisar nuestra gestión, de proyectar el futuro y evaluar la calidad de los vínculos que hemos construido. Es un espacio para llevar a cabo una auditoría existencial e indagar qué es esencial para nosotros más allá de las exigencias del entorno social”, asegura el filósofo Francesc Torralba, autor de El arte de estar solo (Ed. Milenio) y director de la cátedra Ethos de la Universidad Ramon Llull. En soledad dejamos ese espacio en blanco para escuchar sin interferencias lo que sentimos y necesitamos. “La soledad nos da miedo porque con ella caen todas las máscaras. Estamos viviendo siempre de cara a la galería en busca de reconocimiento, pero raramente nos tomamos tiempo para mirar hacia dentro”, dice Torralba.

Las 5 claves para disfrutar de la soledad

1. Usted es su mejor compañía. La premisa básica es cambiar la creencia de que uno, acompañado, está mejor.
2. Una oportunidad para conocerse mejor y descubrir nuestro rico mundo interior.
3. En lugar de torturarse, hay que aprovechar la soledad para leer, pintar o hacer deporte.
4. Escribir un diario. Ayudará a expresar sentimientos y a contemplarse uno mismo con más conocimiento y cariño.
5. Como indica el psicólogo Javier Urra, con la soledad recuperamos “el gusto por el silencio y por el dominio del tiempo”.
Efectivamente, la soledad despierta temor porque suele asociarse al vacío y la tristeza, sobre todo cuando ha sido postergada largo tiempo por una actividad frenética y anestesiante. Para Mireia Darder conviene enfrentarse a ese momento teniendo en cuenta que la tristeza es resultado simplemente del hecho de aflojarse después de tanta tensión y de haber hecho un enorme esfuerzo por aparentar fortaleza y aguantar la presión ante los que nos rodean. “No se puede olvidar que para ser realmente autónomo has de aprender a transitar la soledad. El amor no es lo contrario de la soledad sino la soledad compartida”, señala Darder.
En nuestra sociedad, la inactividad —que surge a menudo de la soledad— se teme y despierta la culpa. Nos han preparado para la acción y para realizar muchas cosas al mismo tiempo, pero es cuando estamos solos cuando podemos reflexionar sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos. El escritor Irvin Yalom, catedrático de Psiquiatría en la Universidad de Stanford, confesaba que desde que tenía conciencia se había sentido “asustado por los espacios vacíos” de su yo interior. “Y mi soledad no tiene nada que ver con la presencia o ausencia de otras personas. De hecho detesto a los que me privan de la soledad y, además, no me hacen compañía”. Algo que, según Francesc Torralba, es muy frecuente: “Aunque estemos rodeados de gente y de formas de comunicación existe un alto grado de aislamiento. No hay peor sensación de soledad que aquella que se experimenta al estar en pareja o con gente”.

domingo, 8 de febrero de 2015

Resiliencia: Los 12 hábitos de las personas resilientes


http://www.elpradopsicologos.es/blog/resiliencia-resilientes/

Resiliencia: Los 12 hábitos de las personas resilientes



A veces la vida nos pone a prueba, nos plantea situaciones que superan nuestras capacidades: una enfermedad, una ruptura de pareja particularmente dolorosa, la muerte de un ser querido, el fracaso de un sueño largamente anhelado, problemas económicos… Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite y hacer que nos cuestionemos si tenemos la fuerza y la voluntad necesarias para continuar adelante. En este punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos, apostar por la resiliencia.

Resiliencia: definición y significado

La resiliencia es una capacidad que nos permite afrontar las crisis o situaciones potencialmente traumáticas y salir fortalecidos de ellas. La resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.
Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Y no se trata de una simple disquisición terminológica, sino de una manera diferente y más optimista de ver el mundo ya que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma. De hecho, estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar la vida con una sonrisa en los labios.

La práctica de la resiliencia: ¿Cómo podemos ser más resilientes?

resiliencia practicaLa resiliencia no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, aunque sí puede haber una tendencia genética que puede predisponer a tener un “buen carácter”. La resiliencia es algo que todos  podemos desarrollar a lo largo de la vida. Hay personas que son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo de resiliencia a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas. Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.
De hecho, las personas resilientes no nacen, se hacen, lo cual significa que han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentar los diferentes retos de la vida.

¿Qué caracteriza a una persona resiliente?

Las personas que practican la resiliencia:
  1. Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones. El autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar las adversidades y los retos, y las personas resilientes saben usarla a su favor. Estas personas saben cuáles son sus principales fortalezas y habilidades, así como sus limitaciones y defectos. De esta manera pueden trazarse metas más objetivas que no solo tienen en cuenta sus necesidades y sueños, sino también los recursos de los que disponen para conseguirlas.
  2. Son creativas. La persona con una alta capacidad de resiliencia no se limita a intentar pegar el jarrón roto, es consciente de que ya nunca a volverá a ser el mismo. El resiliente hará un mosaico con los trozos rotos, y transformará su experiencia dolorosa en algo bello o útil. De lo vil, saca lo precioso.
  3. Confían en sus capacidades. Al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, las personas resilientes confían en lo que son capaces de hacer. Si algo les caracteriza es que no pierden de vista sus objetivos y se sienten seguras de lo que pueden lograr. No obstante, también reconocen la importancia del trabajo en equipo y no se encierran en sí mismas, sino que saben cuándo es necesario pedir ayuda.
  4. Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. A lo largo de la vida enfrentamos muchas situaciones dolorosas que nos desmotivan, pero las personas resilientes son capaces de ver más allá de esos momentos y no desfallecen. Estas personas asumen las crisis como una oportunidad para generar un cambio, para aprender y crecer. Saben que esos momentos no serán eternos y que su futuro dependerá de la manera en que reaccionen. Cuando se enfrentan a una adversidad se preguntan: ¿qué puedo aprender yo de esto?
  5. Practican el mindfulness o conciencia plena. Aún sin ser conscientes de esta práctica milenaria, las personas resilientes tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora y de tienen una gran capacidad de aceptación. Para estas personas el pasado forma parte del ayer y no es una fuente de culpabilidad y zozobra mientras que el futuro no les aturde con su cuota de incertidumbre y preocupaciones. Son capaces de aceptar las experiencias tal y como se presentan e intentan sacarles el mayor provecho. Disfrutan de los pequeños detalles y no han perdido su capacidad para asombrarse ante la vida.
  6. Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista. Las personas resilientes son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los recursos que tienen a su alcance y sus metas, pero eso no implica que no sean optimistas. Al ser conscientes de que nada es completamente positivo ni negativo, se esfuerzan por centrarse en los aspectos positivos y disfrutan de los retos. Estas personas desarrollan un optimismo realista, también llamado optimalismo, y están convencidas de que por muy oscura que se presente su jornada, el día siguiente puede ser mejor.
  7. Se rodean de personas que tienen una actitud positiva. Las personas que practican la resiliencia saben cultivar sus amistades, por lo que generalmente se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.
  8. No intentan controlar las situaciones. Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida. Por eso, cuando algo se nos escapa de entre las manos, nos sentimos culpables e inseguros. Sin embargo, las personas resilientes saben que es imposible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan el control.
  9. Son flexibles ante los cambios. A pesar de que las personas resilientes tienen una autoimagen muy clara y saben perfectamente qué quieren lograr, también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando es necesario. Estas personas no se cierran al cambio y siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.
  10. Son tenaces en sus propósitos. El hecho de que las personas resilientes sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, si algo las distingue es su perseverancia y su capacidad de lucha. La diferencia estriba en que no luchan contra molinos de viento, sino que aprovechan el sentido de la corriente y fluyen con ella. Estas personas tienen una motivación intrínseca que les ayuda a mantenerse firmes y luchar por lo que se proponen.
  11. Enfrentan la adversidad con humor. Una de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor, son capaces de reírse de la adversidad y sacar una broma de sus desdichas. La risa es su mejor aliada porque les ayuda a mantenerse optimistas y, sobre todo, les permite enfocarse en los aspectos positivos de las situaciones.
  12. Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social. Cuando las personas resilientes pasan por un suceso potencialmente traumático su primer objetivo es superarlo, para ello, son conscientes de la importancia del apoyo social y no dudan en buscar ayuda profesional cuando lo necesitan.

La resiliencia en los niños

resiliencia niñosSi queremos que nuestros hijos afronten las dificultades de la vida con fortaleza es importante educarles en la capacidad de ser resilientes, para ello es fundamental nuestro ejemplo, no sobreprotegerles y sobre todo creer en ellos. No se trata de evitar que se caigan, sino de enseñarles a levantarse, y para ello tenemos que confiar en que ellos pueden. Por supuesto, tampoco se trata de exponerles a peligros o ambientes agresivos “para que se hagan más fuertes”, afortunadamente no estamos en Esparta. Aportar seguridad y protección es necesario. Algo importante que podemos preguntarles a los niños cuando tienen un contratiempo si queremos que aprendan a desarrollar la resiliencia es ¿qué puedes aprender de esto? o ¿qué puedes sacar bueno de esto que ha ocurrido?