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sábado, 31 de enero de 2015

10 RAZONES POR LA QUE LOS NIÑOS NO DEBEN USAR ELECTRÓNICOS PORTÁTILES ANTES DE LOS 12 AÑOS.









 10 RAZONES POR LA QUE LOS NIÑOS NO DEBEN USAR ELECTRÓNICOS PORTÁTILES ANTES DE LOS 12 AÑOS. 

• La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría establecen que los bebés de 0 a 2 años no deben tener ningún contacto con esta tecnología, de 3 a 5 años restringirlos a una hora por día, y de 6 a 18 años a 2 horas por día. Según Cris Rowan, terapeuta ocupacional pediátrica, bióloga y escritora “los niños y jóvenes usan 4-5 veces más estos aparatos que la cantidad recomendada, con consecuencias graves y que con frecuencia amenazan su salud y su vida.
Estudios de la Fundación Kaiser y de “Active Healthy Kids”, Canadá, advierten que los dispositivos portátiles (teléfonos celulares, tabletas, juegos electrónicos ) han aumentado de forma espectacular el acceso, uso y abuso de las tecnologías digitales, especialmente por los niños de muy corta edad. “Como terapeuta pediátrica, estoy pidiendo a los padres, los maestros y los gobiernos prohibir el uso de todos los dispositivos de mano para los niños menores de 12 años” –dice Rowan.
• Las siguientes son 10 RAZONES basadas en estudios científicos para pedir esta prohibición. Visite zonein.ca para ver la hoja de datos Zone'in para los estudios a que se hace referencia.
1. EL RÁPIDO CRECIMIENTO DEL CEREBRO. Entre 0 y 2 años, los cerebros se triplican en tamaño en el niño, y continúan en un estado de rápido desarrollo hasta los 21 años de edad. El desarrollo temprano del cerebro está determinado por los estímulos ambientales, o la falta de los mismos. La estimulación del desarrollo cerebral causada por la exposición excesiva a las tecnologías (teléfonos celulares , internet, iPads , TV), se ha demostrado que se asocia con la función ejecutiva y simultáneamente con déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y disminución de la capacidad de autorregularse, por ejemplo, rabietas.
2. RETRASO EN EL DESARROLLO. El uso de estas tecnologías restringe el movimiento, lo cual puede resultar en retraso en el desarrollo. Uno de cada tres niños ahora entran a la escuela con retrasos de desarrollo, afectando negativamente la alfabetización y el rendimiento en el aprendizaje. El movimiento de los niños, en cambio, mejora la atención y la capacidad de aprendizaje. El uso de la tecnología bajo la edad de 12 años es perjudicial para el desarrollo infantil y el aprendizaje, según estudios de especialistas citados por Rowan en su página web.
3. EPIDEMIA DE OBESIDAD. LA TV y los video-juegos se correlacionan con el aumento de la obesidad. Los niños a quienes se permiten dispositivos en sus dormitorios tienen 30 % más de incidencia de la obesidad. Uno de cada cuatro canadienses y uno de cada tres niños estadounidenses son obesos. El 30 % de los niños con obesidad desarrollan diabetes, y las personas obesas tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y ataque cardíaco temprano, lo que acorta la esperanza de vida. “En gran parte debido a la obesidad, los niños del siglo XXI pueden ser la primera generación de la cual muchos no van a sobrevivir a sus padres”, advirtió el profesor Andrew Prentice.
4. TRASTORNOS DEL SUEÑO. El 60 % de los padres no supervisa el uso de la tecnología de sus hijos, y al 75 % de los niños se les permite la tecnología en sus habitaciones. El 75 % de los niños de 9 y 10 años son privados de sueño en la medida en que sus calificaciones se ven afectadas negativamente, según estudios del Boston College en 2012.
5. AFECCIONES MENTALES. El uso excesivo de tecnología digital está implicado como un factor causal en el aumento de las tasas de depresión infantil, ansiedad, trastornos de vinculación, déficit de atención, autismo, trastorno bipolar, psicosis y comportamiento del niño problemático. Uno de cada seis niños canadienses tienen una enfermedad mental diagnosticada y sometidos a medicación psicotrópica riesgosa, según el Dr. Waddell.
6. AGRESIÓN. Contenidos de los medios violentos pueden causar agresión infantil. Los niños pequeños están cada vez más expuestos a la creciente incidencia de la violencia física y sexual en los medios de comunicación actual. Programas de TV retratan sexo explícito, asesinatos, violaciones, torturas y mutilación. En los EE.UU. se ha clasificado violencia en los medios como un riesgo de salud pública debido a un impacto causal sobre la agresión infantil, según estudios de Huesmann en 2007, cita Rowan.
7. DEMENCIA DIGITAL. Contenidos de los medios de comunicación de alta velocidad pueden contribuir a déficit de atención, así como la disminución de la concentración y de memoria , debido a la poda de pistas neuronales de la corteza frontal cerebral, según estudios de Christakis 2004 y Pequeño 2008 . Los niños que no pueden mantener la atención no pueden aprender.
8. ADICCIONES. Los padres atribuyen cada vez más a la tecnología, el aislamiento de sus hijos. Por su parte ante la falta de apego de los padres, los niños se unen a los dispositivos, lo que puede resultar en la adicción. Uno de cada 11 niños de 8-18 años son adictos a la tecnología.
9. EMISIÓN DE RADIACIÓN Y CÁNCER. Ya en 2011, la Organización Mundial de la Salud clasificó los teléfonos celulares (y otros dispositivos inalámbricos) como un riesgo de categoría 2B (posible carcinógeno), debido a la emisión de radiación (OMS 2011). James McNamee, de “Health Canada”, en octubre de 2011 emitió una advertencia de precaución que indica: "Los niños son más sensibles a una variedad de agentes que los adultos ya que sus cerebros y sistemas inmunes todavía se están desarrollando, por lo que no se puede decir que el riesgo sería igual para un adulto que para un niño". En diciembre de 2013 el Dr. Anthony Miller de la Universidad de la Escuela de Salud Pública de Toronto recomendó, basándose en una reciente investigación, que la exposición a señales de radio debe ser reclasificado como 2A (probable carcinógeno), no como 2B (posible cancerígeno). La Academia Americana de Pediatría solicitó la revisión de las emisiones de radiación EMF de dispositivos de tecnología digital, citando tres razones relativas a la repercusión sobre la infancia.
10. INSOSTENIBLE. Las formas en que los niños son criados y educados con la tecnología ya no son sostenibles –dice Rowan. “Los niños son nuestro futuro, pero no hay un futuro para los niños que abusan de la tecnología”. Un enfoque en equipo es necesario y urgente con el fin de reducir el uso de la tecnología por los niños. Se pueden consultar más datos, estudios y videos en: www.zonein.ca
• VIDEOS para compartir con otras personas que se preocupan por la sobreexplotación de los niños por la tecnología: “Dejad a los niños” - 4 minutos; y “Soluciones - Gestión Balanceada de la Tecnología” - 7 minutos. Las directrices para utilizar la tecnología para niños y jóvenes fueron desarrolladas por Cris Rowan , terapeuta pediátrica y autor del libro “Infancia Virtual”, el Dr. Andrew Doan, neurocientífico, y el Dr. Hilarie Cash, Director del “Programa de Recuperación de Adicción a Internet”, con la contribución de la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría, en un esfuerzo para asegurar un futuro sostenible para todos los niños.
• Contacto con Cris Rowan: info@zonein.ca • En Twitter: www.twitter.com / zoneinprograms
FUENTE (inglés): http://www.huffingtonpost.com/…/10-reasons-why-handheld-dev… - Traducción: Prensa/PROTEGER

Discover the Paris of Central America (You Can Afford It)

Discover the Paris of Central America (You Can Afford It)


I returned to Nicaragua recently for the first time in more than five years. I didn't choose to stay away so long. Circumstances and schedules kept me absent. Nicaragua is one of the places I daydream about regularly, one of the countries I feel most connected to.
Returning to a place you love after an unavoidable hiatus, you resent the changes since you were there last and you delight in all the things that are just the same.
Back in Nicaragua a few weeks ago, I found, with relief, that this is still the place I remember. There are changes, sure, but not so many that you can't ignore them if you're so inclined.
Traveling around, I couldn't help but draw comparisons between this country and the one I currently call home, Panama. Granada, Nicaragua, where I was based for this visit, and Panama City, Panama, couldn't be more different. From the morning I arrived in Nicaragua, I tried to put my finger on why that is (beyond the obvious). Finally, the gentleman who collected me at the airport in Managua and delivered me to my hotel in Granada articulated the heart of things for me.
"Panama City is booming," I was explaining after he'd asked how I was enjoying life in my adopted home town.
"There's so much energy and activity, so many people and so much money flowing through that place right now," I continued, "thanks, largely, to all the public works projects in progress, including the expansion of the Panama Canal.
"Panama City," I said, "is in your face. Downtown is noisy, dirty, frenzied, and completely alive. This is an exciting time in the history of Panama, and I'm enjoying the chance to witness it from the inside.
"Nicaragua, on the other hand," I began...
"Is swinging contentedly in its hammock," my new friend completed the thought for me.
And he got it just right. While Panama is busy remaking itself, retooling for a decade of further and continued growth, development, and expansion, Nicaragua is happy to sit back and enjoy the sunshine.
Nicaragua has enjoyed some improvements since my last visit. The international airport in Managua has been expanded and improved. A new bypass takes trucks around Masaya instead of through it. The coastal road is less potholed than I remembered. Many more houses and condos have been built overlooking the bay at San Juan del Sur, including some I toured that qualify as luxury standard. This town is way more up-market than when I last visited.
Overall, though, Nicaragua remains poor. But the Nicaraguans, they're still smiling. These people have a resilience and a determination that keeps them looking and moving forward with a positive attitude, despite their recent century of struggle. Traveling around the country, you see them herding their cattle, tending their sugar cane, and rocking slowly in their big wicker chairs. They seem in no hurry to get anywhere or to do anything in particular, and, watching them, you begin to wonder why you are.
The price of oil, the price of gold, the closing figure for the Dow...these things all seem far away and unimportant when you wander the roads of this beautiful but usually overlooked country. Don't these people know that these are unbelievably volatile times financially, politically, and otherwise? Economies are collapsing. Foreign nations are grabbing power. If the Nicaraguans are aware, they're unaffected. And, again, spending time among them, you can't help but wonder if they don't know something you don't.
Nicaragua's crown jewel is the colonial city of Granada, which vies with Nicaragua's other colonial city, Leon, for the title of oldest city in the Americas. Granada may or may not, depending which side of this debate you come down on, be the oldest city in region, but, for my money, it's definitely the most romantic. I'd even go so far as to call it the Paris of Central America.
2014-10-15-GranadaChurchAndHorses.jpg
Nobody's mistaking Nicaragua for France. There are no high-speed trains (or trains of any description). No opera. No Seine. No Louvre. And Nicaragua's is not the world's best health care (though the Vivan Pellas hospital in Managua is one of the best in the region).
Granada, however, does have a lake, at the end of what is now a stone-paved thoroughfare lined with shops and cafes with tables and chairs out front where you can enjoy a glass of late-afternoon wine. There are small art galleries, souvenir hawkers, and lots of tourists.
Just like Paris.
Walking across town, you're struck by the timeless beauty of this place and of how the light, changing as the day progresses, recasts everything it touches. The yellow and white cathedrals are bold and bright in the morning sun, inky and shadowed in the moonlight. Against the backdrop of Granada's brilliant sky, too, are the red-tiled roofs, the bell towers, and the long, wide Xalteva boulevard.
Paris is special because it's lovely without peer. Granada is lovely without peer in these parts.
Paris is special because you need only, at any moment, step outside your door to be treated to delightful sounds, sights, and smells and to pass impressive architecture, well-tended parks, and tempting window displays.
Just like in Granada. Step out onto any street, at any time of day, and something interesting is going on. There's something pleasing to look at, something tempting you to linger and to investigate.
Paris is special because it's a city made for walking. A car is a liability. And why would you want to drive anyway? You'd miss the chance to be part of Paris street life.
Just like in Granada.
Granada, Nicaragua, is Paris, France, without the twice-daily street-cleaning and the every-10-years mandatory building facade refurbishment.
What about more practical matters to do with spending time in Nicaragua?
This country is one of the world's best travel bargains right now. Twenty years ago, Mexico was truly cheap. Ten years ago, Panama was truly cheap. Today, Nicaragua is truly cheap.
During my recent visit, I took taxis, ate out, enjoyed my share of the local Flor de Cana rum, and made a point of stopping in shops as often as I could. Everything from shampoo, bottled water, and pineapples to electronics, duffle bags, and washing machines is a global bargain.
Breakfast for two at my favorite spot on Granada's central square, the Alhambra Hotel, was so cheap I re-checked the bill. Two plates of eggs, bacon, and toast, plus orange juice and hot tea, for about $6, including tax and tip. In Paris, you can't buy two croissants and coffees for $6, and, in Panama, for 6 bucks, you and your dining companion are eating empanadas out of a cart.
Nicaragua remains the kind of place where everything is so affordable you never have to tell yourself no. Want to dine out? Enjoy late-afternoon aperitifs on the square? Drink and dance 'til dawn? Take a taxi to Masaya or Catarina for a day at the market? Take a boat tour on the lake? No problem. You can indulge your whims without giving them a second thought.
Nicaragua is a country of lakes, volcanos, crashing Pacific surf, and historic colonial cities that begs you to stick around a while to discover it. So do. Your budget, even if slight, can handle it.

El cansancio mental

   http://elpais.com/elpais/2015/01/23/eps/1422018427_336669.html  Gracias a nuestra poderosa



















mente pensamos, soñamos, ideamos, proyectamos, asociamos ideas, diseñamos, planificamos, generamos expectativas, imaginamos y recordamos. El pensamiento puede ser beneficioso o nocivo, positivo o negativo, necesario o inútil, insípido o creativo, elevado y sublime o destructor y desgarrador. Muchos pensamientos son innecesarios. Algunos surgen como tormentas que nos azotan. Si no gestionamos bien toda la actividad de nuestra mente, el cansancio mental se convierte en nuestro compañero inseparable.
Es una fatiga que provoca dispersión, pereza, falta de atención y de claridad; además, disminuye nuestra capacidad resolutiva. En cambio, cuando se está inspirado y motivado, la mente nos revitaliza y genera pensamientos creativos que suscitan energía y fuerza. En un estado creativo, los pensamientos son prácticos, poéticos y manifiestan belleza. La mente está abierta y puede ver lo extraordinario en lo aparentemente corriente.
Las preguntas relevantes son como escobas que barren la mente y crean un espacio limpio”
Desafortunadamente, este estado mental no suele durar mucho. Más bien nos sumergimos en una actividad mental estéril y agotadora. Cada individuo genera unos 50.000 pensamientos al día, muchos de los cuales son repetitivos y mecánicos. Otras veces se da vueltas una y otra vez sobre cosas que no se pueden cambiar. Son pensamientos que suelen referirse al pasado. No llevan a ninguna parte y agotan.
Cuando se vive en un tren de pensamientos innecesarios y debilitantes, viene bien plantearse algunas preguntas que ayuden a desactivar ese mecanismo repetitivo y lleven a una reflexión más productiva y estimulante. Por ejemplo, ¿cuál es la intención que le mueve a pensar lo que está pensando? El primer paso es encontrar el propósito, porque permite darse cuenta de lo inútil de ese pensamiento y cambiar el rumbo.
Otra práctica aconsejable es intentar no utilizar demasiado los tiempos verbales condicionales, ya sean en pasado o en futuro. Por ejemplo: “Si hubiera estado ahí en esos momentos, no habría sucedido esa desgracia”. “Si hubiera tenido esa información a tiempo, habría ganado ese caso”. Cuando tenga el título seré más respetado por mis superiores”. “Cuando él cambie estaré mejor”. Como el pasado pasó y el futuro aún tiene que venir, este tipo de juicios no son útiles, debilitan y agotan. Es tan importante aprender a transformar como a no crear estos pensamientos sobre asuntos que no podemos cambiar o que no depende de nosotros que cambien. Así se estará más concentrado y se tendrá mayor claridad para tomar las decisiones adecuadas.
Cuando la mente está libre de todo conflicto, existe una energía creativa que surge libre de condicionamientos”
No se trata de dejar la mente en blanco, sino de generar pensamientos positivos, creativos, inspiradores, beneficiosos. Así se logra un espacio mental fértil. Deliberar en positivo no es negar la realidad, sino ser capaz de ver los problemas y tener la creatividad mental para aportar soluciones sin obsesionarse ni ofuscarse. Las reflexiones positivas fortalecen y revitalizan la mente. Suelen ser cavilaciones que se basan en valores y en apreciar y agradecer lo que se es y lo que se tiene. Una mente agradecida es una mente descansada.
Otro aspecto que agota es nuestra extraordinaria capacidad de planificar: reuniones, encuentros, acciones, lugares, horarios… Cuando las cosas se suceden una tras otra según los planes, uno está más tranquilo que cuando los imprevistos tergiversan los planes. Si se aferra a su plan, deja de escuchar las señales que el momento o las personas le están dando, y quiere que la realidad se amolde a sus ideas y no al revés. Al forzar nos cansamos. A veces es nuestro cuerpo el que nos pide descanso, pero como el plan era otro, nos forzamos a cumplirlo.
En una sesión de coaching, una mujer explicaba cómo se obligaba a realizar los planes que se había marcado y los compromisos que había adquirido, forzándose a cumplir los horarios impuestos por otras personas importantes para ella. Aunque sintiera que debía parar, su mente le hacía seguir. Sin parar, ni respirar con consciencia ni escuchar. Estaba agotada mentalmente. A veces hemos planificado algo, pero cuando llega la hora sentimos que no es el momento o no es el nuestro. Es importante detenerse unos minutos para replantear la situación. Ese rato da un espacio mental para abrir un paréntesis, ver y decidir con mayor claridad.
A veces el cansancio mental surge de las luchas internas entre lo que nos gustaría que fuera y lo que es, entre si decir o callar, si salir o quedarse, entre las decisiones que se toman y lo que en realidad se hace. Debemos incorporar prácticas para comprender de dónde surge tanto pensamiento estéril, para escucharnos y acallar los ruidos mentales.

Ejercitar la mente con pensamientos creativos revitaliza. Es como cuando se hace ejercicio físico. Caminar, correr, nadar o jugar al tenis energiza, y si acabamos cansados, se siente que es un cansancio sano. Por el contrario, si nos quedamos de pie media hora sin movernos, terminamos más cansados que si hubiéramos estado ese rato caminando. A la mente le ocurre algo parecido: si está “parada” dando vueltas a un mismo asunto, se agota más que cuando avanza con pensamientos inspiradores que abren nuevos horizontes.

Para saber más

Anna Parini
Discos
Escuchar música relajante contribuye a descansar la mente. El mejor álbum de relajación del mundo contiene dos CD con 36 obras de grandes compositores. En el librito que lo acompaña leemos: “La música amansa a las fieras. Nos tranquiliza, nos libera de las tensiones y crea para nosotros un ambiente de relajación sosegada”.
Libros
Biografía del silencio
Pablo d’Ors (Siruela)
La mente en meditación
Jiddu Krishnamurti (Kairós)

Leerlos nos acompaña a descansar la mente.
¿Qué se puede hacer para que nuestro pensamiento sea más inspirador y vigorizante y combatir el cansancio mental? Cultivar el pensamiento creativo, reflexivo y claro. ¿Cómo? Por ejemplo, haciendo un viaje a un entorno natural y observar. Mirar el horizonte que une mar y cielo en una playa; sentir la humedad del suelo o gozar de los colores de las hojas y los ruidos de la naturaleza en una montaña. Así es más fácil que la mente se calme.
Son situaciones que ayudan a parar la actividad mental durante un par de minutos y a descansar. Se trata de visualizar un espacio que me ayude a renovar el discernimiento.

En un mundo saturado de información y conversaciones que provocan ruido mental, emocional y físico, se necesita cultivar espacios internos de silencio para estar centrados. Un silencio creativo, contemplativo y generativo. Es decir, que genere positividad y bienestar, comunicación y sentido y una quietud en la cual se gesta el pensamiento transformador. Aunque uno esté en un entorno ruidoso, puede ser creador de pensamientos inspiradores como cuando está rodeado de naturaleza.
Todo mi esfuerzo debe limitarse a controlar
las idas y venidas de la mente, poner la imaginación a mi servicio y dejar de estar yo –como un esclavo– al suyo”
Tenemos la capacidad de crear las reflexiones que queremos. Utilicémosla más a menudo. Para ello, se debe controlar la mente, dirigirla y mantener centrada la atención. Si uno se queda atrapado en sus propios pensamientos, no tendrá poder sobre ellos. Cuando, observándolos, se logra separarse de ellos, se deja espacio, se asume el control y se pueden canalizar en la dirección que se quiera.
Para tener poder sobre algo se debe ver desde cierta distancia. Al observar un cuadro, si se pega la nariz a él, no se ve más que un pedacito borroso. Si nos distanciamos, podemos abarcarlo en su totalidad. En la práctica de meditación se aconseja sencillamente observar los pensamientos y dejarlos pasar. Llega un momento en que uno se da cuenta de que son una creación mental, una película, que uno puede dejar de crear y de seguir. Al lograr este dominio, se conecta con un estado de calma y claridad que permite crear los discernimientos de calidad que queremos. Una buena meditación revitaliza, nos llena de energía, barre la mente de reflexiones innecesarias y deja espacios para la innovación y la renovación mental.

sábado, 17 de enero de 2015

5 Life Lessons People Learn Too Late

Tomado del muro de Mariano Salazar Jr.

http://www.rd.com/advice/relationships/life-lessons-people-learn-too-late/?trkid=soc-fb-tw

5 Life Lessons People Learn Too Late

Strong relationships make for a rich life, but we're often mistaken in the ways we pursue them.
From Psychology Today
Also in Reader's Digest Magazine February 2014


don't wait handJoel Holland for Reader’s Digest
IF YOUR AMBITION is to lead a satisfying life, your best bet is to cultivate connection. Studies show that people who enjoy rich ties with friends and family are happier, have fewer health problems, and are more resilient. When it comes to relationship advice, it’s also wise to approach conventional wisdom with a critical eye. We’ve culled the data, consulted the experts, and arrived at five essential lessons that depart from hand-me-down norms.
Lesson #1:
Radical Acceptance Saves the Day



The idea that we can fix perceived flaws in our partners, friends, parents, and grown children remains tantalizing. Decades ago, the musical Guys and Dolls lampooned this notion with the lyrics, “Marry the man today, and change his ways tomorrow.”
A healthy dose of ego often convinces us that our way of looking at things is right, but trying to “correct” someone else usually backfires, says psychologist Paul Coleman, author of “We Need to Talk”: Tough Conversations with Your Spouse. “It implies that we’re coming from a more enlightened place, that we have a deeper knowledge of what’s best,” he says. The other person may get the message that he or she isn’t good enough and become resentful.
A healthier approach: “Look inward to fix the problem,” says Northwestern University psychologist Eli Finkel. If your partner hates large gatherings, consider attending the next party solo so he doesn’t have to make forced conversation and you don’t have to leave early. Or if your son says he wants to forgo college for now, try to express enthusiasm for his budding career as a nature guide instead of bombarding him with school rankings. This involves the recognition that you’ll never be in sync about some matters. “You have to say, ‘We have this permanent difference, but we need to learn to live with each other,’” Coleman says.
Lesson #2:
Benign Neglect Is Good for Kids

Parents who hover relentlessly provoke eye rolls from developmental experts and teachers alike. You can see these parents sprinting to the swings to right a playground injustice or e-mailing schools incessantly.
“There’s a huge distrust in society’s institutions that pushes people to overparent,” says Hara Estroff Marano, author of A Nation of Wimps. “Parents also lack trust in children’s desire to be competent and don’t accept that nature will influence the course of development,” she says. The compulsion to intervene becomes stronger if parents view kids as surrogates for the fulfillment of their own dreams, says retired Tufts University child psychologist David Elkind, author of The Power of Play.
But regularly stepping in to protect kids from stress may hurt them in the long run. Michelle Givertz, assistant professor of communication studies at California State University, Chico, has studied hundreds of parent–young adult pairs and found that overparenting leads to depression-prone, aimless kids (and ultimately, adults) who lack the ability to achieve goals.
Parental overinvolvement is also associated with entitlement, Givertz says. Kids who are used to getting everything they need without exerting any effort may think, I’m entitled to everything, but I don’t have the abilities to achieve what I want.
It’s better to let kids live with occasional disappointment and resolve their own problems as much as possible, while assuring them that their feelings are heard (even if you’re the one saying no) and that you’re available for moral support. Trust in their capability to tackle obstacles. “Our job as parents is to help kids become self-sufficient,” Givertz says.
Lesson #3:
Opposites Don’t Forever Attract

The key to a happy, healthy relationship is choosing someone who is, quite frankly, a lot like you—a person who validates your views and habits. Studies have repeatedly underscored the importance of shared values, personality traits, economic backgrounds, and religion, as well as closeness in age.
Glenn Wilson, a psychologist and a professor at Gresham College in London, developed a compatibility questionnaire covering lifestyle, politics, child rearing, morality, and finances. He found that partners who answer comparably are more apt to report satisfaction. Still, he says, “when couples are overly similar, it can be a bit of a brother-sister relationship—too predictable, without a lot of novelty.”
So what’s the happy medium? Seek a partner whose passions differ enough from yours to expand your experience, but with whom you’re aligned on big-picture issues: how to show affection, what constitutes a moral life, and how to raise children.
Lesson #4:
Social Networks Matter

We’ve all heard the usual advice for living longer: Exercise, don’t smoke, limit junk food. But friendships are just as important. “The higher the quantity and quality of your relationships, the longer you’ll live,” says Bert Uchino, a psychologist at the University of Utah.
Julianne Holt-Lunstad of Brigham Young University collected data from 148 studies analyzing the relationship between health and human interaction. She found that, over a period of about seven years, people with active social lives were 50 percent less likely to die of any cause than their nonsocial counterparts. A low level of social interaction has the same negative effect as smoking 15 cigarettes a day.
Psychologist Sheldon Cohen of Carnegie Mellon University gave subjects nasal drops containing a cold virus; those who reported the greatest diversity of social ties were four times less likely to develop colds than those reporting the least diversity. But the quality of your relationships is just as important, according to Uchino’s research. He recorded the blood pressure of 88 women in a stressful situation (preparing to give a speech) and found that readings spiked less when a close friend was there to offer encouragement. Researchers speculate that the stress associated with weak social support sets off a cascade of damaging reactions. Knowing your friends have your back can help prevent such responses, Cohen says.
Lesson #5:
Lust Wanes, Love Remains

Too often, couples assume a relationship is beyond repair when the intense romantic excitement ends and the arguing begins. “The immature part of us loves the idea that compatible people don’t have conflicts,” says psychologist David Schnarch, author of Intimacy & Desire.
But research doesn’t support this. University of Denver psychologist Howard Markman, coauthor of Fighting for Your Marriage, says successful couples argue—it’s how they do it that matters (among other things, happy partners refrain from nasty zingers). Airing grievances lets both people speak their minds and take responsibility for their missteps.
It’s also normal for desire to wane. “Romantic love is when we have this consuming, emotional experience, and it usually lasts about a year and a half,” says Will Meek, a psychologist at the University of Portland. “Deep love comes after we see how imperfect the other is and commit to him or her anyway.”
Rather than get caught up in complaints, psychologist Harriet Lerner, author of Marriage Rules, suggests that you work to restore connection. That might mean initiating something new in your sex life, or perhaps it’s as simple as recycling that pile of boxes that’s been annoying her for months. “People know what warms their partner’s heart,” Lerner says.

Read more: http://www.rd.com/advice/relationships/life-lessons-people-learn-too-late/#ixzz3P6vX59Dc

Tought Police


Tought Police

January 16th, 2015 02:00:00 am
How to be Your Own Thought Police Controlling unwanted thoughts is not the problem. Believing, trusting, or taking direction from them is. How often have you heard people say, “Control your thoughts, control your life?” Or “You are what you think about.” Or, “What you think about is what you will attract.” What these statements don’t take into account is the fact that our brain generates all sorts of thoughts, many of which come without notice, and some are good and some are not very good; in fact some, are downright hurtful and self-destructive. You don’t want to have the latter, you don’t ask for them, and nor do I. But they come on unpredictably. But are they so unpredictable.
Those of you who have been following my writings or read my book Brain Drain know about what I call the automatic brain (AB for short). Our AB has one function—to protect us from danger, threat, or vulnerability. When it detects such, it releases an electrochemical response that we know as the fight or flight response. But this reaction is not simply you getting scared. This AB reaction leads us into behaviors and emotions that sometimes show up as fear, anger, rage, or even sadness, depression and withdraw.
However, what most people don’t realize, and what set me on this quest to begin with, is that this brain also creates thoughts so that we fight and flee danger. Thoughts can be the most troubling and interfering element on any road to growth or success. And this should tell you something as it did, and still does, tell me. What it tells me is that nothing comes out of the blue—not negative behaviors/emotions or thoughts. If this premise is correct that means that negative thoughts arise from our AB trying to protect us from something. The actual thoughts, in my opinion, are less important than what is going on when the negative thoughts arise. For instance, if you get a thought while driving that you are going to lose control, suddenly, swerve and hit the concrete barrier or person on the side of the road, your AB is simply trying to shake you into focus to protect you from the “danger” of driving.  Or if you are hiking and cannot bring yourself to the edge of the overlook because of thoughts that you are going to lose control and fling yourself off, that’s your AB.
But what about the negative thoughts that pop into your head when things are going well, or you are succeeding and moving ahead. These come on because your AB detects some danger, threat, or vulnerability from your success.
These seven steps can help you gain more control.
  1. Do not believe everything you think.
  2. Understand that unwanted thoughts always arise in order to protect you.
  3. Try to identify the circumstance that caused the thought.
  4. Realize that the circumstance is unlikely dangerous at all.
  5. Don’t fight the thoughts. It is more normal to get negative thoughts than not.
  6. Recite in your mind, “There is no danger, there is not threat, I am safe,” whenever getting the thoughts.
  7. If you get a negative thought that is particularly hurtful, finish it off. For instance, if you get a thought that says, “I’m a loser.” Finish it by saying in your mind, “Yes, I am a loser. I am a loser if a play a game I know nothing about. But since my life is not a game and I play by my own rules I am a winner.”
*********************************************************************************************************************************************************************************************************
I suggest you don’t try to control your thoughts. Follow these steps and it will help you accept them, but more importantly help you so you do not always believe, trust, or take direction from them. Doing so will elevate your health, peace of mind, and "live your everyday extraordinary"!
© Charles F. Glassman, MD
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El fin del antiamericanismo?

Tomado del muro de Sofia Montenegro

El fin del antiamericanismo?

Al restablecer las relaciones con Cuba, Estados Unidos ha recobrado la legitimidad para defender en todo el continente valores entre los que está la libertad de expresión, que debe regir en la isla y en Venezuela

Cuba ha sido el epicentro del antiamericanismo en Latinoamérica. Como ideología política nació en tiempos de la guerra hispano-americana de 1898, alcanzó su apogeo con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, y llegó a su probable fin en 2014. Aunque es imposible anticipar los resultados del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba (los recientes arrestos de disidentes no auguran nada bueno), con ese solo acto Obama ha comenzado a desmontar una de las más antiguas y arraigadas pasiones ideológicas del continente. Al menos por eso, al margen de los grandes escollos que sin duda enfrentará el acuerdo, el anuncio del 17 de diciembre fue histórico.

En su origen, el antiamericanismo en la América Hispana fue de carácter religioso: el defensivo temor de los grupos conservadores y la Iglesia a la penetración de la fe y la cultura protestantes. A esa variable se agregó, en el caso de México, el agravio de la guerra de 1847. Sin embargo, los liberales que gobernaron el país en la segunda mitad del siglo XIX mantuvieron intacta su admiración hacia Estados Unidos. Sus ideas republicanas y democráticas eran más fuertes que sus sentimientos nacionalistas. Algo similar ocurrió con las élites progresistas y sus respectivas constituciones en el continente. En un famoso diario de viaje por Estados Unidos en 1851, el gran estadista, educador y escritor argentino Domingo Faustino Sarmiento vio en Estados Unidos la tierra del porvenir: el triunfo de la civilización sobre la barbarie.

La guerra de 1898 unió a los países hispanoamericanos contra Estados Unidos y los reconcilió con España, de quien todos —salvo Cuba— se habían independizado. A raíz de esa guerra, nuestros liberales padecieron un síndrome similar a los marxistas tras la caída del muro de Berlín y el derrumbe de la Unión Soviética: se sintieron huérfanos. Igual que varios autores estadounidenses (Mark Twain, William James) vieron en aquellos hechos una contradicción insalvable entre los valores democráticos que habían fundado a Estados Unidos y los designios explícitos de que “exista una sola bandera y un solo país entre el río Grande y el océano Ártico”. (Henry Cabot Lodge, 1895). En el caso particular de Cuba, muchos iberoamericanos se negaron a admitir una independencia convertida en protectorado. Fue entonces cuando los liberales de América Latina comenzaron a converger con los católicos y conservadores en la concepción de un nacionalismo iberoamericano de nuevo cuño: imaginar una sociedad y una cultura no sólo distintas sino militantemente opuestas a la americana.

Entre 1898 y 1959, con contadas excepciones, el balance político, diplomático, económico y militar de Estados Unidos en América Latina fue francamente desastroso. En 1913, el embajador estadounidense Henry Lane Wilson —olvidado en la historia americana pero muy recordado en los libros de texto mexicanos— planeó el golpe de Estado que derrocó al primer presidente demócrata de México: Francisco I. Madero. Ese episodio fue representativo de otros muchos: desembarco de marines, ocupaciones militares, aliento a golpes de Estado y, junto a todo ello, la machacante presencia de las grandes empresas americanas. En Estados Unidos, la supeditación de la diplomacia a los grandes negocios (petroleros, azucareros, mineros) era vista como algo normal, pero para estos países era una actitud de intolerable codicia.

Franklin D. Roosevelt corrigió un tanto el rumbo con su ‘política del buen vecino’
Como reacción, la región vivió un ascenso del nacionalismo tanto local como continental, que los presidentes americanos del periodo de entreguerras (Coolidge, Hoover) leyeron como una antesala al comunismo. Oportunamente, en 1927, Walter Lippman les advirtió su error: “Lo que los ignorantes llaman bolchevismo es nacionalismo, y es una fiebre mundial”. Y agregó: “Nada indignaría más a los latinoamericanos, y nada sería más peligroso para la seguridad estadounidense, que Latinoamérica creyera que Estados Unidos ha adoptado, a la manera de Metternich, una política destinada a consolidar intereses creados que atenten contra el progreso social de esos países, tal como ellos lo entienden”.

Con su política del buen vecino Franklin D. Roosevelt corrigió un tanto el rumbo (por ejemplo con México, tolerando sabiamente la nacionalización del petróleo), pero en Cuba aquella vinculación entre negocios y política fue continua, sustancial y visible: de hecho, varios ministros de Roosevelt tenían intereses azucareros. Con todo, la cooperación panamericana alcanzó su mejor momento en la Segunda Guerra Mundial.

Al inicio de la Guerra Fría, el nacionalismo iberoamericano se orientó hacia las diversas variedades del marxismo. Muchos atribuían la pobreza y desigualdad a la presencia americana, y pensaron que el socialismo era una alternativa. Para colmo, dictaduras militares como la de los Somoza contaban con la complicidad activa del Gobierno americano. Como resultado, Estados Unidos terminó por desacreditarse como fuente de valores democráticos. Los pocos defensores de esos principios quedaron aislados. Uno de esos liberales solitarios, el historiador Daniel Cosío Villegas, profetizó a su pesar en 1947: “América Latina hervirá de desasosiego y estará lista para todo. Llevados por un desaliento definitivo, por un odio encendido, estos países, al parecer sumisos hasta la abyección, serán capaces de cualquier cosa: de albergar y alentar a los adversarios de Estados Unidos, de convertirse ellos mismos en el más enconado de todos los enemigos posibles. Y entonces no habrá manera de someterlos, ni siquiera de amedrentarlos”.

La dinastía de los Castro ha mantenido a Cuba aislada y presa durante 56 años
La Revolución Cubana cumplió puntualmente esa impresionante profecía y abrió un ciclo de intenso antiamericanismo en todo el continente. La fugaz Alianza para el Progreso iniciada por el presidente Kennedy y los tardíos esfuerzos conciliadores de Jimmy Carter palidecieron frente al encono provocado por las duras Administraciones republicanas. La intervención directa del Departamento de Estado en el golpe a Salvador Allende dejó una herida profunda, que terminó por incitar a dos generaciones de jóvenes, en casi todo el continente, a irse a la sierra fusil en mano para emular al Che Guevara y a Fidel Castro. Los abusos de la Administración de Reagan en Centroamérica avivaron aún más los ánimos. En las aulas universitarias, periódicos, libros y revistas de América Latina, el odio ideológico contra el imperialismo yanqui se volvió canónico. Y para el régimen totalitario en Cuba, el antiamericanismo fue su mejor arma de supervivencia.

En 1989, Occidente se maravilló con la caída del muro de Berlín y la inminente desaparición de la URSS. Prestó poca atención a otro milagro: las unánimes transiciones democráticas de Latinoamérica (Chile, Nicaragua, Salvador y con el tiempo México) conquistadas internamente, sin apoyo ni inspiración de Estados Unidos. Ahora eran los marxistas los que se sentían huérfanos de ideología y ese vacío lo llenó —hasta cierto punto— el casi olvidado ideario democrático liberal o socialdemócrata.

Aunque no desaparecerá nunca del horizonte, a fin del siglo pasado el antiamericanismo comenzó a pasar de moda. Lo mantuvo artificialmente el histrionismo incendiario de Hugo Chávez contra “el imperio”. Pero era (y es) difícil disimular el carácter anacrónico del discurso chavista contra su principal cliente petrolero. Sólo quedaba el diferendo con Cuba. Era tiempo de resolverlo.
Pero al restablecer relaciones con Cuba, al renunciar claramente a su destino imperial en la zona, Estados Unidos ha recobrado también la legitimidad moral para refrendar los valores republicanos y democráticos que lo fundaron igual que a todos los países de América. El arraigo de esos valores fue el verdadero sueño de Martí, que abjuró siempre de la tiranía. Y entre esos valores, ninguno más prioritario que la libertad de expresión. Ningún pueblo es una isla entera por sí mismo. La dinastía de los Castro ha mantenido a Cuba aislada y presa por 56 años. En la próxima reunión de la Organización de Estados Americanos (donde asistirán Cuba y Estados Unidos) la libertad política en Cuba (y en Venezuela) debe ser el primer punto en la agenda.

Enrique Krauze es escritor y director de Letras Libres.

La sexalescencia...una franja social que antes no existía

Tomada del muro de mi querido amigo Rene Gonzalez.

Cierto .Hay que leerlo

La Sexalescencia
SI miramos con cuidado podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene alrededor de sesenta años:
LA SEXALESCENCIA. Es una generación que ha echado fuera del idioma la palabra "sexagenario", porque sencillamente no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de envejecer. Se trata de una verdadera novedad demográfica parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva que surgió a mediados del S. XX para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.
Este nuevo grupo humano que hoy ronda los sesenta o setenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria. Son hombres y mujeres independientes que trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del trabajo. Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganan la vida con eso. Supuestamente debe ser por esto que se sienten plenos; algunos ni sueñan con jubilarse. Los que ya se han jubilado disfrutan con plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen desde adentro. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale mirar el mar con la mente vacía o ver volar una paloma desde el 5º piso del departamento.
Dentro de ese universo de personas saludables, curiosas y activas, la mujer tiene un papel rutilante. Ella trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando sus madres habían sido educadas a obedecer y ahora pueden ocupar lugares en la sociedad que sus madres ni habrían soñado en ocupar.
Esta mujer sexalescente pudo sobrevivir a la borrachera de poder que le dio el feminismo de los 60′, en aquellos momentos de su juventud en los que los cambios eran tantos, pudo detenerse a reflexionar qué quería en realidad. Algunas se fueron a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido exclusivamente masculinas, algunas estudiaron una carrera universitaria junto con la de sus hijos, otras eligieron tener hijos a temprana edad, fueron periodistas, atletas o crearon su propio "YO, S.A.". Este tipo de mujeres nacidas en los 50s. no son ni por equivocación las clásicas "suegras" que quieren que los hij/as les estén llamando todos los días, porque ellas tienen su propia vida y ya no viven a través de la vida de los hijos. Su camino no ha sido fácil y todavía lo van diseñando cotidianamente.
Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas, por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de "sesenta o setenta"", hombres y mujeres, maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar a sus amigos y les escriben un e-mail con sus ideas y vivencias. Por lo general están satisfechos de su estado civil y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo. Raramente se deshacen en un llanto sentimental. A diferencia de los jóvenes; los sexalescentes conocen y ponderan todos los riesgos. Nadie se pone a llorar cuando pierde: sólo reflexiona, toma nota, a lo sumo… y a otra cosa.
La gente mayor comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes de belleza, pero no se sienten en retirada. Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo… Ellos, los varones no envidian la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani, ni ellas, las mujeres, sueñan con tener la figura tuneada de una vedette. En lugar de eso saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.
Hoy la gente de 60 o 70, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente de 60 y 70 de hoy celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a menudo…hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI.
Autor desconocido

viernes, 16 de enero de 2015

Yo no soy Chartlie....

De acuerdo!
 
 
Porque no tengo crisis de identidad
porque no sufro paranoia, ideas delirantes.
porque mi personalidad es una, no fragmentada
porque se quien soy y qué soy
porque no quiero ser otra persona, otra cosa.

No soy Charlie porque no insulto, no difamo
no denigro, no me solazo en derrumbar ídolos
creencias, o reputaciones y cobrar por ello, vivir de ello.

No soy Charlie aunque millones de personas digan serlo,
porque no siento la impunidad como derecho
porque con el Papa Francisco no creo
en una libertad de expresión sin límites
"Si alguien dice una mala palabra de mi madre, le espera un puño"
No soy Charlie porque si se me ocurre insultar a alguien
y lo hago insistente, metódica y constantemente
voy agotar el límite de su paciencia y despertar su maldad.

No soy Charlie porque no quiero ser hipócrita
y manifestar mi solidaridad o mi transfiguración
solo cuando el horror ocurre en una capital europea
pero me vuelvo ciego, mudo, inválido o paralítico
cuando esas mismas o peores atrocidades
acontecen en lugares menos graciosas
para las agencias de opinión pública
y aplauden las aventuras bélicas de las naciones ricas.

Por supuesto no ser Charlie no me pasa a la acera del Yihad
porque se trata de una rama enloquecida del Islam,
cruel imagen de la intolerancia y fanatismo religioso,
Trasmutación de la lucha política en guerra santa,
en una guerra diabólica de exterminio,
que es como abjurar de Mahoma, adorar a Hitler.
Es la versión inquisidora del Islam
Es el ecumenismo perverso de una fracción islámica
que tristemente nos recuerda la catolización española
durante la cruel conquista de la América indígena
Porque es como una banda de asesinos
que ensombrece, oscurece y envilece al Islam.

Pablo Cuadra.

domingo, 11 de enero de 2015

La masacre de Paris...diferentes apreciaciones, la mia incluida .

00 Una mirada joven y radical...

Palabras inmortales de un joven sobre los acontecimientos en Pari: 
"...la mierda esa era era un maldito monumento a la intolerancia, racismo y la arrogancia colonialista francesa, incentiva la xenofobia, les pasan la cuenta y ahora ellos son los martires!!!!
mataron a civilizados europeos!!! ohhhh Dios no!! los barbaron arabes bestias...
esos maes se metieron a una guerra de ideas, eran medios de propaganda y ahora no asumen las consecuencias de su propaganda de querra, si vas a pelear con armas o con dibujos sabelo que es guerra y la gente no llega a tomarse de las manos a un campo de batalla..."
Completamente de acuerdo.
Clase falta de sentido común, nadie excusa el radicalismo de los perpetuadores porsupuesto... pero la libertad de expresion se acaba cuando se acaba el respeto por la otra cultura... cosa que Charlie Hebdo NUNCA tuvo... Era evidente que habrian represalias... y ahora el festin de los medios que vuelven santos a los franceses y sus causas y demonizan a todo el mundo musulman....

A continuacion...visiones mas prudentes, mas maduras, mejor informadas?

01 http://elpais.com/elpais/2015/01/09/opinion/1420821463_047382.html

El instante churchilliano de la V República

Francia se enfrenta a dilemas que van desde los límites de la lucha antiterrorista al papel de la comunidad islámica frente al yihadismo. Su resolución determinará la conformación del país


Doce rostros. Doce nombres, algunos de los cuales pronunciaron para identificarles específicamente antes de ejecutarles. Doce símbolos, llorados en todo el mundo, de la libertad de reír y de pensar, ahora asesinada. Por esos 12, a Charb, Cabu, Wolinski, Tignousa, a Bernard Maris, por esos mártires del humor que tantas veces nos hicieron morir de risa y que por ella han muerto, por ellos tenemos la obligación, como mínimo y sin la más mínima duda, de estar a la altura de su compromiso, su valor y, hoy, su legado.
Las autoridades de la nación tienen ahora el deber de sopesar un conflicto que no deseaban pero que los periodistas de Charlie —esos cronistas y caricaturistas que eran, ahora lo sabemos, corresponsales de guerra— estaban librando desde hacía muchos años, y en primera línea. Estamos ante el instante churchilliano de la V República. Es el momento de cumplir con el deber de atenernos a una verdad implacable ante una prueba que se anuncia larga y terrible. Es el momento de que rompamos con los discursos apaciguadores que nos sirven desde hace tanto tiempo los tontos útiles de un islamismo soluble en la sociología de la miseria. Y es el momento, ahora o nunca, de hacer gala de una sangre fría republicana que hará que no nos abandonemos a las funestas facilidades del Estado de excepción.
Un antiterrorismo sin poderes especiales. Francia puede —y debe— levantar unos diques que no sean los muros de una fortaleza asediada. Francia debe —y puede— poner en práctica un antiterrorismo sin poderes especiales, un patriotismo sin Patriot Act, una forma de gobernar que no caiga en ninguna de las trampas en las que estuvo a punto de perderse Estados Unidos después del 11 de septiembre de 2001. ¿No nos invitan de manera implícita a ello las palabras de John Kerry, hace 10 años adversario desafortunado pero honorable del mediocre apóstol del antiterrorismo que fue George W. Bush? ¿Acaso no tuvo el homenaje que rindió en francés a las 12 víctimas, su Je suis Charlie recuperado en el mismo francés que el conmovedor discurso pronunciado por el presidente Roosevelt en las ondas de Radio Londres el 8 de noviembre de 1942, la doble virtud de subrayar la dimensión histórica del suceso y al mismo tiempo dirigir a la nación hermana una discreta advertencia contra la tentación, siempre posible, de la biopolítica liberticida?
Nosotros, los ciudadanos, tenemos el deber de vencer el miedo, de no responder al terror con el espanto y de armarnos contra esa obsesión con el otro y esa ley de la sospecha generalizada que acaban siendo, siempre o casi siempre, la consecuencia de sacudidas como esta. En el instante de escribir estas líneas, la prudencia republicana parece haber predominado. El Je suis Charlie inventado de forma simultánea y como con una sola voz en las grandes ciudades de Francia marca el nacimiento de un espíritu de resistencia a la altura de lo mejor de la historia. Y los incendiarios de almas que predican sin descanso la división entre los franceses de origen y los que los son porque lo dicen sus papeles, los provocadores de disturbios que, en el Frente Nacional, veían estas 12 ejecuciones como una nueva sorpresa divina que demuestra el avance inexorable del “gran reemplazo” y nuestro cobarde sometimiento a los profetas de la “Sumisión”, se han quedado con dos palmos de narices.

Tenemos el deber de vencer el miedo, de no responder al terror con el espanto
La unidad nacional es lo contrario de “Francia para los franceses”. No obstante, hay que preguntarse: ¿hasta cuándo? Y es fundamental que, cuando pase el tiempo de las emociones, sigamos respondiendo al lema de “Francia para los franceses” de la señora Le Pen con la unidad nacional de los republicanos de todas las tendencias políticas y todas las procedencias que, en las horas siguientes a la matanza, salieron con valentía a la calle. Porque la unidad nacional es lo contrario de Francia para los franceses. La unidad nacional es, desde Catón el Viejo hasta los teóricos del contrato social moderno, un bello concepto que, emparentado como está con el arte de la guerra justa, no se equivoca jamás de enemigo. La unidad nacional es la idea que hace que los franceses hayan comprendido que los asesinos de Charlie no son los musulmanes, sino una ínfima fracción de los musulmanes, compuesta por quienes confunden el Corán con un manual de torturas. Y es obligatorio que esa idea sobreviva a este increíble sobresalto ciudadano.
Aquellos que tienen por religión el islam tienen el deber de proclamar en voz muy alta, y de forma muy multitudinaria, su rechazo a esta forma pervertida de la pasión teológico-política. No es cierto, como se dice demasiado a menudo, que a los musulmanes de Francia se les conmine a justificarse; más bien —y es exactamente lo contrario— se les convoca a manifestar que se sienten hermanos de sus conciudadanos asesinados y, de esa manera, a erradicar de una vez por todas la mentira de que existe una comunidad de espíritu entre su fe y la de los autores de la matanza.
No en nuestro nombre. Ellos tienen la importante responsabilidad, ante la Historia y ante sí mismos, de gritar el Not in our name de los musulmanes británicos, que quisieron así refutar toda posibilidad de asociación con quienes habían decapitado a James Foley; pero tienen también la responsabilidad, aún más imperiosa, de declinar su nombre, su verdadero nombre, como hijos de un islam de tolerancia, paz y bondad. Hay que liberar al islam del islamismo. Es necesario repetir que asesinar en nombre de Dios es convertir a Dios en un asesino por poderes. Esperamos, no solo de los expertos en religión como el imán de Drancy Chalghoumi, sino también de la inmensa muchedumbre que constituyen sus fieles, la valiente modernización que permita enunciar, por fin, que el culto a lo sagrado es, en democracia, un atentado contra la libertad de pensamiento; que las religiones, a ojos de la ley, son unos regímenes de creencias ni más ni menos respetables que las ideologías profanas; y que el derecho a reírse de ellas o a discutirlas es un derecho de todas las personas.

Islam contra Islam. Luces contra yihad. Este es el combate que nos aguarda
Este es el camino difícil, pero tan liberador, que seguían algunas conciencias del Islam que tuve el honor de conocer en Bangladesh, Bosnia, Afganistán y los países de la Primavera Árabe y cuyos nombres quiero repetir aquí: Mujibur Rahman, Izetbegovic, Massud, los héroes y heroínas caídos en Bengasi, como Salwa Bugaighis, bajo el fuego o los cuchillos de los hermanos de barbarie de quienes han asesinado a Charb, Cabu, Tignous y Wolinski. Es su mensaje el que debemos escuchar. Es su testamento traicionado el que debemos hacer nuestro sin más tardar.
Ellos son, incluso después de muertos, la prueba de que el islam no está condenado a sufrir esta enfermedad diagnosticada por Abdelwahab Meddeb, el que más cruelmente vamos a echar de menos, de todos nuestros poetas y filósofos, en los tiempos sombríos que se avecinan. Islam contra Islam. Luces contra yihad. La civilización plural de Ibn Arabi y Rumi contra los nihilistas del Estado Islámico y sus emisarios franceses. Ese es el combate que nos aguarda y que, todos juntos, vamos a tener que librar.

02 10 ENE 2015 - 03:59 CET19

Halcones y palomas de la libertad de expresión

El rápido paso del ‘Je suis Charlie’ al “yo no soy Charlie” promueve la autocensura y convierte a una sociedad en rehén del despotismo


Curiosamente, el miércoles del atentado en París sobraba indignación en el mundo en defensa del principio inalienable de la libertad de expresión. El jueves ya empezaron los peros, los sin embargos y los no obstantes, según muchas voces, justificados para no ofender la sensibilidad religiosa de los musulmanes. Algunos pasaron rápidamente del Je suis Charlie al “yo no soy Charlie”, expresando oposición a la sátira por irresponsable e innecesariamente provocativa. Fue como si de pronto surgieran los halcones y las palomas de la libertad de expresión.
Sea por temor o por ser políticamente correctas, surgió entre las palomas la desafortunada noción que la provocación en cuestión promovió el ataque. Es un argumento que revictimiza a la víctima. Uno piensa inmediatamente en la literatura feminista, por ejemplo, plagada de escenarios de esta naturaleza, desde el atuendo de la mujer en casos de agresión sexual hasta la inconveniencia de desafiar la autoridad del hombre en casos de abuso. Voluntariamente o no, es un razonamiento que casi siempre llega a una sutil justificación de la violencia en cuestión. Al final uno hasta puede olvidarse de la nada sutil diferencia que existe entre el grafito y el plomo.
Independientemente de ser un ultra de la libertad de expresión —como quien aquí escribe—o un moderado —como aquellos dispuestos a “partir la diferencia”— toca encontrarle sentido a tanto sinsentido, el ataque terrorista y el debate. Una primera reflexión es que las comunidades islámicas europeas tienen una tremenda disyuntiva frente a sí, un doble estándar de gigantescas proporciones que deben resolver. Gozan de los derechos y garantías que les otorga un Estado constitucional, mientras varios de sus miembros —que no son pocos, sean violentos o pacíficos— intentan restringir a otros el uso de esas mismas libertades. Como se dice en inglés: they can’t have it both ways.

Surgió entre las palomas la desafortunada noción que la provocación en cuestión promovió el ataque
Dicho de otro modo, en su amplia mayoría, las comunidades musulmanas son comunidades inmigratorias. En muchas de sus sociedades de origen —donde la vida colectiva está organizada bajo el paradigma del Islam— los individuos no gozan de los derechos que les garantiza la arquitectura del constitucionalismo liberal. No hay más que pensar en las personas que practican otra religión, en los homosexuales y en las mujeres que cometen adulterio. Si Charlie Hebdo invitó a la violencia con su sátira, pues la indefinición de los musulmanes sobre estos principios, y su persistente rechazo a la asimilación, contribuyen a su propia exclusión y, peor aún, alimentan a la derecha xenófoba y racista, igualmente antiliberal. El multiculturalismo es muy viable, es solo que la hipocresía no lo ayuda.
La segunda reflexión es que el derecho a la blasfemia, principio muy en juego en esta crisis, no existe por el deseo malévolo de ofender al creyente. Existe porque sin ese derecho no hay secularización, es decir, no es posible una real separación entre Iglesia y Estado, piedra basal del constitucionalismo y la democracia. Este principio es para la política lo que la separación entre el conocimiento derivado de la fe y los hechos objetivos comprobables son para la epistemología, un quiebre intelectual específico al racionalismo y el positivismo, ambos franceses en origen, justamente.
Dadas estas bifurcaciones políticas y cognitivas, el derecho a la blasfemia es el derecho a considerar al dogma religioso como una narrativa como cualquier otra, y por ende susceptible de la crítica a la que se somete a cualquier otra. La sátira de Charlie Hebdo, su sarcasmo, su burla —del Islam y de otras religiones por igual— es la misma burla que uno puede leer en la crítica de una película aburrida, de un libro mediocre o de una exposición de pintura poco estimulante. Simplemente se trata del derecho a rechazar verdades reveladas.

Las comunidades islámicas europeas tienen una tremenda disyuntiva frente a sí, un doble estándar de gigantescas proporciones que deben resolver
El problema de las palomas, aquellos dispuestos a renunciar a algunas libertades, es que pasan por alto que la libertad de expresión ya es un compromiso, un encuentro a mitad de camino y un acto de enorme moderación, la que deviene del hecho de darle a todos el mismo reconocimiento, la misma legitimidad. Desandar ese camino, y por ejemplo declinar o moderar ese derecho, primero, obliga a una sociedad a la autocensura y, en el largo plazo, la convierte en rehén de los déspotas.
La tercera reflexión es que aquí no hay conflicto religioso ni choque de civilizaciones, una lógica que, por otra parte, desconoce que las peores barbaries de la historia de la humanidad ocurrieron dentro de las civilizaciones, no entre ellas. El argumento que Occidente es el gran enemigo de la militancia radical islámica pierde fuerza explicativa cuando uno ve que el genocidio en Siria, el secuestro de niñas en Nigeria y la matanza de escolares en Pakistán han ocurrido en nombre de los mismos principios religiosos con los cuales se ejecutaron a los caricaturistas franceses.
El término que falta en esta ecuación es la política, la política en el mundo árabe y en el Islam. La religión actúa como excusa discursiva para actores a veces estatales, otras no estatales, y últimamente protoestatales que buscan consolidar regímenes despóticos. El terrorismo es cada vez menos la respuesta a las lejanas invasiones de Afganistán e Irak, y cada vez más la consecuencia del dramático fracaso de la primavera árabe, la cuarta ola democratizadora que llegaría al medio oriente. La ola llegó, chocó contra el paredón en la explanada del autoritarismo y se retiró mar adentro para no regresar por el futuro previsible.
No hay más que mirar a Egipto, de quien nadie habla con ocasión de esta tragedia, el país más poblado del medio oriente donde el despotismo religioso de la Hermandad Musulmana perdió el poder en manos del despotismo secular de Al Sisi. No sabemos cuánto de aquel proyecto religioso se vehiculiza hoy por medio del Califato de Mosul, lejos de Egipto. Una vez más, el conflicto más profundo no es entre civilizaciones.
Y, finalmente, si se trata del lápiz como símbolo de las libertades fundamentales, quienes vivimos en la orilla occidental del Atlántico no podemos dejar de recordar a Bonil, el caricaturista ecuatoriano, verdadero halcón de la libertad de prensa y pionero del uso del lápiz como método de defensa de sus derechos. En esta parte del mundo es el Estado, en lugar del terrorismo, el que ataca la libertad de prensa. Lo hace con un sistema judicial esclavo del poder político. Si bien menos brutal es igual de arbitrario y con efecto similar: la autocensura primero, y luego la sociedad como rehén del autoritarismo.
La moraleja es que nunca se puede ser demasiado extremo, demasiado halcón, cuando se trata de la libertad de expresión. Nous sommes tous Charlie.

Un punto de vista perosnal...

03 Mi apreciacion...rapida y sin pretender pontificar sobre el asunto. otros puentos de vista similares o diferentes son bienvenidos.

No soy un experto en estos temas pero... la libertad de expresion es un concepto, que como otras libertades, consignadas en el discurso de los Derechos Humanos, me atrae. Tengo la clara conciencia de que con relacion a este derecho y otros,hay un abismo entre la propuesta y la practica.  y raseros diferentes para medirlos en diferentes contextos culturales y politicos. El hecho de que exista una propuesta ya es un avance substantivo...el tema obligado de reflexion no es la norma que enarbola y  representa sino el momento estrategico de negociacion y su puesta en practica llena de matices que manifiesta la complejidad de lo real como reflejo de la fragmentacion de intereses en cada contexto. En sintesis, esta es una senal inequivoca de que una guerra de consecuenicas impredecibles para el futuro de la humanidad esta en curso y que la violencia es la via practica que esta solucionando una colision de civilizaciones, ideologias y maneras de pensar el mundo. La sociedad Occidental - pretendidamente lider mundial en la esfera de los derechos - y una fraccion decidida y sanguinaria del mundo musulman, que utiliza una interpretacion extrema o falsa, los que saben mas podran hacer una disitincion mas acertada, del Islam como religion, estan en un desencuentro mundial de proporciones epicas. Por su rol en la construccion de la historia de la sociedad Occidental, basicamente la denominada Revolucion Francesa" del siglo 17,  un hito en la vision Occidental de la historia mundiual, los hechos en Paris han tocado fibras sencibles en la dimension humana, politica y social. El hecho en si es mas que condenable. Matar en nombre de una Fe no es aceptable en la cosmovision de mundo "civilizado" que por autonomasia deberia priorizar la negociacion y el ganar - ganar como estrategia, segun nuestro entendimiento,  aunque la historia nuestra y de otros, reciente y pasada, esta llena de ejemplos que lesionan esta vision idilica. Mi pricipal preocupacion es entender las raices de esta guerra,  por que mas alla de esta batalla, consigo apreciar un futuro turbulento....Y este es un analisis que escapa a mis posibilidades y capacidades. Por en cuanto, es claro para mi, que otros hechos deberian atraer tambien los ojos de la colunidad occidental. Un buen ejemplo, entre otros,  es la muerte de 43 estudiantes  aspirantes a dedicar su vida a la noble tarea de ensenar en Mexico...Pero bien...Mexico no es Francia cuando se miden sus pesos especificos en la policromia de la sociedad occidental ni en las agendas de los medios de "comunicaccion" que moldean la opinion publica mundial. Ya termino con esta pseudo reflexion: estamos como humanidad amenazando nuestro futuro con el derroche de recursos de nuestra nave espacial, a favor de un estamento privilegiado de seres humano que luchan por preservar a toda costa sus elevados niveles de vida. Aparentemente, hay un analfabetismo profundo o una apatia irresponsable en los tomadores de desicion al mas alto nivel con relacion a las implicaciones para el futuro del cambio climatico que hemos generado. Ademas, guerras, genocidios y actos violentos son el pan de cada dia en el menu de noticias internacional.  A lo anteriormente expuesto se suma esta "guerra" de alcances y consecuencias impredecibles pero peligrosas. Hoy estan en el juego las armas convencionales...que va ba pasar cuando el protagonismo comience a ser el de las armas de destruccion masiva de efecto limitado o generalizado? Senores y "as", como hoy se estila...es nuestro futuro el que esta AMENAZADO!