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martes, 6 de mayo de 2014

Una historia de besos robados



Sofía Alejandra. Sabia y protectora. La vida te espera impaciente. Apenas los albores se aprecian de lo que va ser tu luz. Bendita entre los varones, tres bellos bandiditos que dan mucho que hacer... a sus padres y madres, y que sus abuelos disfrutan con un cierto aire irresponsable. Te quiero amor. Le das a mi viejo corazón un toque de mundo femenino de un año y dos meses, simplemente irresistible. Postrado ante mi niña dulce y llena de colochos. ¡Cada cabello un rizo! Me asombro de la alianza entre el mar y la libertad. Degusto la vida nueva donde mis genes se arrastran. Sin saberlo, con ella mi parte femenina explotó en esta belleza de pasarela. El Ying y el Yang...juntándose en la biología, la plataforma más antigua y vigente de esta orgullosa y soberbia especie a la que pertenecemos. Gracias amor por existir, por enseñarme de nuevo que solo se ve bien desde el corazón. Un momento en su apretada "agenda" de niña descubriendo el mundo que va a conquistar...dedicado a su abuelito. Siempre estaré en ti, mi amor. Curioso, me asomaré a tu vida desde las ondas del océano, en las borrascosas aguas de Poneloya. El Cerro Negro será mi atalaya. Como un León amoroso custodiaré tus pasos…Después seré un recuerdo suave, tal vez tierno. Una línea en el árbol de la vida. Un nombre de referencia. Un eco del universo que rendiste a tus pies…

(Managua, 2013)


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