Mi hijo mayor Virgilio Mariano Salazar Torres presentó ayer su disertación final para optar al título de Doctor en Salud Pública en la Unversidad de Umea, Suecia. Numeroso amigos y familiares acompañamos este arduo y exigente proceso de preparación. Con ansia, desde Nicaragua, su hermano menor junto conmigo contamos las horas para recibir la noticia del resultado del acto final de este acto cumbre de su preparación profesional. La buena nueva llegó por Internet de manera lacónica y transparente: "Dr Dr". Siiiiiiiiiiiiii!... mas las consabidas fórmulas de felicitaciones fué mi reacción inicial.... Agolpadas en mi cabeza las imágenes de su vida - del seno materno al PHD - pasaron rápidamente como en un corto metraje. Una de ellas sobresalió por encima de todas: el rol de las mujeres en su vida. Encabezadas por su madre Silvia, una leona de toda la vida con su hijo: sombra protectora, consejera, miel y acicate, ejemplo y orgullo. Alcanzaban protagonismo también sus Abuelas (Marina y Merceditas) amando a su nieto cada una con su propio estilo. Todas desde los mundos que habitan, derramando catiño por tí te acompañan y bendicen... Hoy su compañera: Claudia, candidata al mismo grado académico; tiene un rol protagónico en esa escuela de cariño diario que es ser pareja todos los días. El sabrá de las otras: tías, primas, amigas, colegas, profesoras, sin pretender agotar la lista, que todos llevamos en el corazón. Cinzeles que desde la cosmovisión del ejercicio de la femineidad contribuyeron a hacernos hoy lo que somos. Cuanto te quiero hijo! Los lazos que nos unen y que han sobrevivido a las circunstancias de esta encarnadura hoy tienen con tu éxito académido... una vuelta mas. Estoy tan orgulloso de tí! Que Dios esté contigo hoy, mañana y siempre!
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