En esta pequeña sociedad que es la Familia, tan hermosa y compleja a la vez, suceden eventos que por su cotidianidad no nos detenemos, a veces, a pensar y sentir en profundidad. Abuelo de dos nietos: Alejandrito y Halder Lionel; me solazo en el despertar de estas vidas nuevas, en su eterna sorpresa descubriéndolo todo, la simplicidad de su alegría, la espontaneidad para expresar sus sentimientos (amores y rechazos), su condición única para ser ellos en su esencia mas definitiva que los va a acompañar por el resto de su vida. Páginas en blanco, piedras preciosas en bruto, arcilla todavía moldeable por la socialización y el amor, esperan pacientemente el devenir de los años para ser, siempre en construcción, la hermosa mezcla de biología y sociedad que todos somos y que nos hace únicos en esta constelación variada y común que es nuestra especie. Mi Halder Lionel cumplió años ayer... dos añitos! Lo percibí tan bello en su entorno, acompañado de sus padres, familia y amigos de la joven pareja. Por coincidencia, cumple años en la misma fecha que su mamá: Tania; que recibió como bendición y presente en la vida este hermoso hijo. Lleno de energía, cuando visita nuestra casa - visitas esperadas con alborozo por sus abuelos, tía y primo hermano – después de correr a los brazos de su abuela amada – mas que abuela… juguete, amiga, compañera – con la que tiene nexos que por su fuerza ya lo superaron y lo van a superar todo para mantener con el paso de los años esta relación fresca. La abuelita ya es sí un personaje. Con el don de entender el mundo de los niños, con la preparación profesional para hacerlo más allá de su natural devoción, actitud y aptitud, llena de la paciencia de Job y del entendimiento profesional y del corazón de este bello mundo infantil, mezcla de niña y mujer en este encuentro de universos y saberes con su/s nieto/s, da y recibe amor, alegría y comprensión, poniendo en práctica su cosmovisión basada en la comprensión profunda , a veces más allá de mi entendimiento, de que solo nos vamos a llevar lo que hacemos con el corazón. Después de encontrarse con este personaje de cuentos de niños, Haldercito recoge semillitas en el “porche” de la casa y las amontona y distribuye con gran alegría, señales tal vez de su temprana inclinación por la naturaleza, la agricultura o simplemente por las cosas pequeñas o los detalles, sabrán Dios y las personas más experimentadas este porqué…La casa que se convierte automáticamente en su espacio de juegos, asume la condición de pista de carreras, mina para explorar y encontrar tesoros, rincones fantásticos donde su imaginación corre a raudales en sitios tan prosaicos para nosotros como debajo de las mesas o la casita del pesebre que espera la próxima navidad inalterable al paso del tiempo. El gua-gua (Piecito) fascinación y respeto mezclados, dialoga con mi niño en su propio dialecto animal. El cuarto de juguetes de su primo hermano es un eje de seducción irresistible. Sirena infantil, lo llama con sus cantos que se mezclan con el corazón generoso de Alejandrito que lo lleva a compartir y se convierten sin saberlo ni planearlo en una pareja perfecta entre mitología y cariño. Primos hermanos, un chinito y un mestizo, darán mucho que hablar en el futuro cuando las lenguas voraces, propias de nuestra idiosincrasia, se pregunten confundidas con el paso de los años: por qué tan cercanos y tan diferentes? Lo que nunca van a saber es que los unen vínculos que van más allá de la morfología, basados en las inescrutables ciencias y disciplinas del amor, que crean lazos más allá de la fácil comprensión de los parecidos y otras superficialidades. Haldercito desde su estatura de vida se deja llevar sin saberlo por esta atracción, pero….quién la resiste a estos añitos y también en otros ciclos de la vida? y saca y mete, usa y desecha, arma y desarma, recoge y tira, disfruta en su tiempo de este cuarto mágico, lleno de tesoros de incalculable valor en su manera de apreciar las cosas y seres que lo rodean, real e irreal a la vez, no sabemos en que parte de su memoria va a quedar. El cuarto y la cama de sus abuelos es otro rincón preciado. Deja sus marquitas en espejos, papeles y papelitos, jugando con lo que se le pone a su alcance, desafía el uso formal de las cuatro paredes y el lugar del descanso y otros menesteres, para hacerlo un mundo fantástico donde pasan y se desenlazan aventuras extraordinarias. Feliz en su cumpleaños, desde la altura gigante de las dos órbitas que nuestra casa común le ha dado a la estrella que preside señorial nuestro arrogante sistema solar, perseguía las chimbombas y asombrado cuando estas explotaban de cuando en vez al contacto con el pasto del jardín, reclamaba impaciente por otra y otra más, y su papá, mi Negro tan querido, Padre amoroso con MAYUSCULA, preparaba una y otra vez estas bolas delicadas de alegría infantil. Recibía los regalos con la cortesía de su corta edad, feliz aporreaba la piñata y todos pendientes de su seguridad gritábamos al unísono cada vez que uno de sus amigos o primos mayores le daban a la piñata con las ganas del deseo de quebrarla: “quitate Haldercito…” preocupados por su seguridad. Homenajeado con el tradicional canto de cumpleaños, guiado por la mano cariñosa de su madre, cumpleañera también, partió el “queque” que hermoso pregonaba a los cuatro vientos: soy un tributo de afecto, sabor y calorías para Haldercito y Tania. Invitado perenne e inevitable en nuestras fiestas infantiles, según nuestra tradición, multiplicado por la presencia divina como un milagro de la biblia, dio varias vueltas de degustación satisfaciendo a moros y cristianos. Suavemente, en ese proceso invisible en que los hombres formamos nuestra masculinidad, Haldercito formaba parte de los juegos infantiles en grupos de amiguitos y familiares, a veces las dos definiciones juntas, luchando con las hormigas que más de una vez lo picaron y ganándose con la fortaleza y estatura de sus dos añitos, un espacio en la sociedad infantil donde iniciamos los juegos de roles y nos encontramos con el mundo de lo femenino que nos va acompañar hasta el fin nuestros días. Te falta tanto por vivir, mi pequeño! Muestra viva y reluciente de la pasión y el amor, no me queda más que resignarme a imaginarme tus días de hombre joven desde mis límites de tiempo y espacio. Tu madre y tu padre estarán contigo por siempre hasta que repitas el ciclo y multiplicándote en tu propia familia también los hagas abuelo y abuela y a nosotros, felices donde estemos, bisabuelos…! Que cumplás muchos años más, Amor! Que los ciclos de la vida los vivas con intensidad, dándole vuelta a las páginas de la vida sin mayor esfuerzo! Que los mejores valores de nuestras familias te acompañen en estas idas y venidas que va a ser el torrente de tu vida que apenas podemos esbozar y guíen tu agenda personal! Que cuando tengas que escoger pareja lo hagas desde la experiencia, la oportunidad y los principios! Cría a tus hijos desde el amor, repitiendo lo que tú ya conoces; y no te olvidés de Dios y si por alguna circunstancia te olvidás de El desde ya rogamos para que El/Ella – Padre y madre amantísimo - no se olvide de ti… Gracias, Amor, por estar en mi vida, y desde mi abuelez aprender contigo a ser mejor.
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