http://www.confidencial.com.ni/articulo/21606/los-100-anos-de-chaguitillo
El itinerario de un dirigente obrero socialista:
SCAAS, PSN, UDEL, FSLN: "para Chagüitillo, su dignidad personal tiene un
valor innegociable"
Nuestro más caracterizado dirigente
obrero, se proclama el hombre con tres apellidos: Sánchez Salgado
Chagüitillo, sin comillas, porque lo identifican mejor con el nombre de
su pueblo natal. No sabemos cuál es el patronímico de los nacidos en el
pueblo Chagüitillo, Matagalpa, pero tendrían que identificarse como
“chagüitillanos”, “chagüitilleños” o “chagüitillenses”, aunque no les
guste, porque tienen que reconocer que solo existen dos Chagüitillo: el
pueblo y Domingo.
Dice Domingo que fue cuando llegó a estudiar primaria a Matagalpa alguien le preguntó su lugar de origen, y cuando él respondió, le dijo que en adelante sería Chagüitillo. Pero nosotros pensamos que ese apellido no se lo ganó entonces de forma tan gratuita, sino cuando ya Domingo Sánchez Salgado se había caracterizado por no negarle un discurso a nadie ni ante ninguna situación que lo necesitara como incentivo para organizarse, actuar en defensa de sus intereses de clase o para orientarse sobre cualquiera de los problemas y las contradicciones sociales, de las cuales es tan pródigo el sistema en que vivimos y que Domingo luchó toda su vida por cambiarlo. Y, al final, todo el mundo obrero se dio cuenta de lo bien que le resultaba la acción después de un Chagüite, de Domingo.
Y como no eran pocos sus compañeros que sabían de la efectividad de su discurso, comenzaron a emularlo y terminaron creando el sustantivo Chagüite, como sinónimo del discurso combativo, y luego nació el verbo chagüitear, “cuyo papel semántico es expresar la acción que realiza el sujeto” llamado Domingo y los sujetos que le imitan. En este caso, a estos se les conoce con el adjetivo de chagüiteros, y en consecuencia, podemos aplicarles el participio pasivo del verbo chagüitear a quienes quedaban convencidos con uno o varios de sus chagüites… porque efectivamente se quedaban totalmente chagüiteados.
De alguna forma muchos fueron los que iban quedando chagüiteados, desde cuando Domingo comenzó a luchar sosteniendo posiciones de conservador militante contra la dictadura, en Matagalpa. Domingo empezó a organizar a los trabajadores y a encabezar huelgas por aumentos de salarios, las que no les gustaron a patronos ni a los guardias a su servicio, y lo perseguían, encarcelaban, le amenazaron de muerte hasta que lo obligaron a abandonar Matagalpa y refugiarse en Managua.
Los primeros pasos
Antes, él había sido chagüiteado por Armando Amador y Ricardo Zeledón, cuando vino a Managua al frustrado congreso constitutivo de la Confederación de Trabajadores de Nicaragua, convocado por el Consejo Intergremial Obrero (CIO), presidido por Absalón González, quien acusó a los socialistas de haber saboteado el congreso. Los chagüites de Amador y Zeledón para Domingo, consistieron en explicarle que Absalón era un agente de Somoza García en el movimiento sindical, y que desde su posición de presidente del CIO había venido saboteando la creación de la CTN. De ahí, su ingresó al Partido Socialista Nicaragüense estaba a un paso: y ocurrió el 2 de abril de 1945.
Cuando el sindicalismo independiente se libró del somocista Absalón González, se convocó de nuevo el congreso de la CTN en febrero de 1946. El sindicalismo de Matagalpa que Domingo representaba participó en ese congreso verificado en la Casa del Obrero, con cinco delegados.
En 1948, antes de venirse a vivir a Managua, estando en una reunión partidaria en la capital, Domingo Sánchez “debutó” en la primera cárcel capitalina, cuando se produjo el encarcelamiento masivo de socialistas. Salió a finales de ese año, volvió a Matagalpa marcado como comunista subversivo, y la Guardia no le dejó en paz nunca más, hasta hacerle completar su récord de ciento cinco carceleadas. En 1950, Domingo llegó a Managua solo con sus tres hijos menores, porque para entonces ya había enviudado.
Sorteando los problemas que emanan del desarraigo, de la soledad y el desconocimiento de Managua, Domingo encontró un caritativo refugio en el viejo hospital general, gracias a que allí una monja practicaba las enseñanzas del lado bueno de su religión. Encontró trabajo en el correo como cartero, y pronto se dio cuenta que estaba por ejercer un oficio el cual, en cualquier ciudad del mundo, primero que nada debe conocerse… y Domingo no conocía Managua. Resolvió esa rara situación de cartero en ciudad desconocida, pero no pudo resolver el servilismo del jefe que le quiso obligar a firmar una carta lisonjera para el “querido correligionario” dictador, y se vio de nuevo en la calle y sin trabajo. Domingo había logrado salvar su dignidad de opositor honrado en su primera batalla de las miles que tendría que librar en su vida de luchador social.
Estabilizado como nuevo ciudadano capitalino con ayuda de sus camaradas, entre ellos, del recordado Pedro Turcios Ramírez, quien entonces recién se había convertido en uno de los primeros pobladores del barrio Monseñor Lezcano, y le consiguió una casa frente a la suya, media cuadra al norte de la esquina noroeste de donde sería construido el parque Las Palmas. Si fuera hoy, Domingo y sus hijos serían vecinos de la casa de la familia del doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Y aquí viene una anécdota para Ripley en la vida de Domingo: uno de los hijos del socialista pobre (aunque nunca pobre socialista) que vivió a las costillas del lado norte del patio de la que sería la casa de la familia Chamorro-Barrios, ahora es editor y editorialista de la página Opinión del diario La Prensa, de la familia Chamorro.
Aquel 2 de abril de 1945, cuando Domingo ingresó al PSN culminaba la campaña de reclutamiento de nuevos militantes que se había organizado en conmemoración del primer aniversario del partido. Desde ese momento histórico, comenzó a haber Domingo Sánchez Salgado Chagüitillo socialista para siempre, y lo habrá en la memoria del nuevo movimiento obrero que vendrá.
Al frente del SCAAS
Cuando Domingo vino a vivir a Managua, se incorporó al Sindicato de Obreros de la Construcción, al cual contribuyó a desarrollar y participó en la idea de cambiarle el nombre para que respondiera mejor a la composición de todos los trabajadores del ramo que en el sindicato militaban, y pasó a ser llamado: Sindicato de Albañiles, Carpinteros, Armadores y Similares (SCAAS). Domingo pronto se destacó como el mejor de sus dirigentes, y extendió su actividad organizativa hacia el campo, y en los primeros años de la década de los 60, fue elegido Secretario de Acción Campesina de la Comisión Ejecutiva del PSN. A partir de entonces, ya no hubo límites regionales para su trabajo entre los campesinos de todo el país, principalmente del norte de Matagalpa.
Siendo directivo de la Federación de trabajadores de Managua (FTM), Domingo intervino en su V Congreso de febrero de 1962 con un informe sobre la situación del campesinado, cuyo texto se publicó en el libro Memorias del V Congreso de la FTM. En 1965, como resultado del arduo trabajo organizativo que Domingo desplegó en las montañas de Matagalpa, nació la Confederación Campesina de Trabajadores Agrícolas de Nicaragua. Bernardino Díaz Ochoa, uno de los campesinos formados por Domingo Sánchez, fue elegido Secretario General de la CCTAN. Díaz Ochoa, junto a otros campesinos, incluida su esposa Benigna Mendoza y un hermano, se convirtieron en parte esencial de la base de a poyo a la actividad guerrillera del FSLN en su zona matagalpina.
En el interior del PSN, entre 1967-1968, surgió una contradicción respecto a los sucesos del 22 de enero. Domingo, como miembro de su Comisión Ejecutiva, fue parte de su mayoría que acordó no denunciar el plan conservador para la manifestación de ese día, para evitar el hacer, objetivamente, el papel de soplón de la Guardia.
A comienzos de 1973, Domingo encabezó la huelga del SCAAS en contra de la disposición de Somoza Debayle de prolongar la jornada de trabajo sin goce de salario al gremio de la construcción con el pretexto de la reconstrucción de Managua, destruida por el terremoto del 23 diciembre del año inmediato anterior. Con la huelga se derrotó la pretensión del dictador.
El 14 de diciembre de 1974 que se creó la Unión Democrática de Liberación (UDEL), a la cual se integró el PSN, Domingo tuvo una activa participación. En 1976 ocurrió otra división del partido, y esta vez, quedaron existiendo dos Partidos Socialistas Nicaragüenses y dos CGT-Independiente, por diferencias de orden político-ideológico, estratégico y táctico respecto a la lucha anti dictatorial, y como ocurre en todo conflicto interno, se desbordaron las acusaciones y contra acusaciones personales, las cuales fueron dañinas no solo para la unidad, sino también provocaron sectarismos enfermizos y enemistades.
Ese tipo de conflictos casi todo el mundo lo ha experimentado. Sin embargo, en el caso de Domingo Sánchez, esos sentimientos no han tenido larga duración. Hoy, es difícil encontrar a viejos socialistas que le no guarden respeto por Domingo Sánchez.
En la revolución
El 4 de mayo de 1980 la revolución triunfante inauguró el Consejo de Estado, órgano de funciones co-legislativas de la Junta de Reconstrucción Nacional, y ese día estuvo Domingo Sánchez en representación de la CGT-Independiente, y se le abrió un nuevo frente de lucha imposible antes de la revolución: el frente legislativo. Aunque ninguno de los miembros del Consejo de Estado estuvo allí por elección popular, sino por nombramiento, fue la experiencia co-legislativa más representativa en toda la historia del país, y allí, en ese nuevo frente de lucha, quedaron las huellas de Domingo Sánchez Salgado Chagüitillo,
Para las elecciones de 1984, las primeras de libre participación y con pluralismo político inaugurado por la revolución, Domingo fue el candidato a la presidencia por el Partido Socialista Nicaragüense, y se ganó el derecho a integrarse como Representante (diputado) de su partido en la Asamblea Nacional Constituyente inaugurada el 9 de enero de 1985. Durante ese primer período legislativo, Domingo ocupó una de las tres secretarías de la Junta Directiva. Participó en el proceso de discusión popular en los cabildos abiertos del proyecto de la nueva Constitución de la República, igual que en su discusión en el parlamento, hasta su aprobación y luego su vigencia a partir del 9 de enero de 1987.
Fue tan importante la labor parlamentaria de Domingo Sánchez, que el Frente Sandinista lo incorporó en su lista de candidato a Representante (diputado) en las elecciones de 1990, y en 1991inició un nuevo período parlamentario que culminó en el año 1996. Esta su inclusión en la lista de candidatos del FSLN, no la buscó ni la pidió Domingo Sánchez –contrario a lo que hace la mayoría de los políticos— sino que se la ofreció Daniel Ortega, y él la aceptó bajo la condición de que en la Asamblea Nacional no le diría “Chi cheñol” a lo que le ordenara, como acostumbran sus diputados. Para Chagüitillo, su dignidad personal tiene un valor innegociable.
Por eso renunció en carta abierta al PSN por no estar de acuerdo ni podía avalar la conducta del secretario general de entonces, Gustavo Tablada, y de otro dirigente, quienes se habían fotografiado abrazados con el máximo jefe militar de la contrarrevolución, el coronel GN Enrique Bermúdez, 3.80.
Terminada su vida parlamentaria, Domingo siguió su trabajo político sindical, el cual no abandonó totalmente durante sus dieciséis años de actividad parlamentaria. Los innumerables méritos de luchador social de Domingo Sánchez, han querido ser reconocidos por el PSN con el nombramiento de su Presidente Honorario Vitalicio, y poniéndole su nombre, con sus tres respectivos apellidos, a su Comité Central: “Comité Central del Partido Socialista Nicaragüense, Domingo Sánchez Salgado Chagüitillo”. También le otorgó la Orden Héroe del Socialismo. Domingo ha recibido homenajes de instituciones no partidarias, como el de Doctor Honoris Causa en Ciencias Sociales de la Universidad Popular de Nicaragua (Uponic), y Héroe Cívico y la Orden Martin Luther King, de la Universidad Politécnica (Upoli).
Esos y otros merecidos honores, especialmente en los días en que ha cumplido años, como el de hoy, 20 de diciembre, cuando llega a sus fructíferos 99 años de edad (nació en 1915), de parte de su partido, sus familiares, compañeros, amigos y, se puede decir también, de buena parte del pueblo nicaragüense.
Ajenos a todo eufemismo, podemos decir que en este 20 de diciembre del año 2014, a Domingo Sánchez solo le faltan tres meses para cumplir los primeros cien años de vida, que no es lo mismo que los cien años de edad. Lo afirmamos así, por una razón por todo el mundo oculta: negamos injustamente los nueve meses de vida desde cuando somos concebidos, pues esos nueve meses son de vida real, y solo celebramos el día que nacemos, siendo injustos con nuestras madres. Reconocer esta injusticia, debería ser el primer homenaje que deberíamos rendir a nuestras madres.
Si a Domingo le preguntáramos su opinión sobre este asunto, y conociendo su acendrado amor y respeto por la justicia, la cual comienza por el respeto a la mujer, estamos seguros de que estaría de acuerdo con nosotros… ¿verdad que sí, Domingo?
Por ahora, que este 20 diciembre de 2014, es igual de oportuno como cualquier otro día, para rendirle homenaje a Domingo en sus 99 años y desearle que viva muchos años.
Dice Domingo que fue cuando llegó a estudiar primaria a Matagalpa alguien le preguntó su lugar de origen, y cuando él respondió, le dijo que en adelante sería Chagüitillo. Pero nosotros pensamos que ese apellido no se lo ganó entonces de forma tan gratuita, sino cuando ya Domingo Sánchez Salgado se había caracterizado por no negarle un discurso a nadie ni ante ninguna situación que lo necesitara como incentivo para organizarse, actuar en defensa de sus intereses de clase o para orientarse sobre cualquiera de los problemas y las contradicciones sociales, de las cuales es tan pródigo el sistema en que vivimos y que Domingo luchó toda su vida por cambiarlo. Y, al final, todo el mundo obrero se dio cuenta de lo bien que le resultaba la acción después de un Chagüite, de Domingo.
Y como no eran pocos sus compañeros que sabían de la efectividad de su discurso, comenzaron a emularlo y terminaron creando el sustantivo Chagüite, como sinónimo del discurso combativo, y luego nació el verbo chagüitear, “cuyo papel semántico es expresar la acción que realiza el sujeto” llamado Domingo y los sujetos que le imitan. En este caso, a estos se les conoce con el adjetivo de chagüiteros, y en consecuencia, podemos aplicarles el participio pasivo del verbo chagüitear a quienes quedaban convencidos con uno o varios de sus chagüites… porque efectivamente se quedaban totalmente chagüiteados.
De alguna forma muchos fueron los que iban quedando chagüiteados, desde cuando Domingo comenzó a luchar sosteniendo posiciones de conservador militante contra la dictadura, en Matagalpa. Domingo empezó a organizar a los trabajadores y a encabezar huelgas por aumentos de salarios, las que no les gustaron a patronos ni a los guardias a su servicio, y lo perseguían, encarcelaban, le amenazaron de muerte hasta que lo obligaron a abandonar Matagalpa y refugiarse en Managua.
Los primeros pasos
Antes, él había sido chagüiteado por Armando Amador y Ricardo Zeledón, cuando vino a Managua al frustrado congreso constitutivo de la Confederación de Trabajadores de Nicaragua, convocado por el Consejo Intergremial Obrero (CIO), presidido por Absalón González, quien acusó a los socialistas de haber saboteado el congreso. Los chagüites de Amador y Zeledón para Domingo, consistieron en explicarle que Absalón era un agente de Somoza García en el movimiento sindical, y que desde su posición de presidente del CIO había venido saboteando la creación de la CTN. De ahí, su ingresó al Partido Socialista Nicaragüense estaba a un paso: y ocurrió el 2 de abril de 1945.
Cuando el sindicalismo independiente se libró del somocista Absalón González, se convocó de nuevo el congreso de la CTN en febrero de 1946. El sindicalismo de Matagalpa que Domingo representaba participó en ese congreso verificado en la Casa del Obrero, con cinco delegados.
En 1948, antes de venirse a vivir a Managua, estando en una reunión partidaria en la capital, Domingo Sánchez “debutó” en la primera cárcel capitalina, cuando se produjo el encarcelamiento masivo de socialistas. Salió a finales de ese año, volvió a Matagalpa marcado como comunista subversivo, y la Guardia no le dejó en paz nunca más, hasta hacerle completar su récord de ciento cinco carceleadas. En 1950, Domingo llegó a Managua solo con sus tres hijos menores, porque para entonces ya había enviudado.
Sorteando los problemas que emanan del desarraigo, de la soledad y el desconocimiento de Managua, Domingo encontró un caritativo refugio en el viejo hospital general, gracias a que allí una monja practicaba las enseñanzas del lado bueno de su religión. Encontró trabajo en el correo como cartero, y pronto se dio cuenta que estaba por ejercer un oficio el cual, en cualquier ciudad del mundo, primero que nada debe conocerse… y Domingo no conocía Managua. Resolvió esa rara situación de cartero en ciudad desconocida, pero no pudo resolver el servilismo del jefe que le quiso obligar a firmar una carta lisonjera para el “querido correligionario” dictador, y se vio de nuevo en la calle y sin trabajo. Domingo había logrado salvar su dignidad de opositor honrado en su primera batalla de las miles que tendría que librar en su vida de luchador social.
Estabilizado como nuevo ciudadano capitalino con ayuda de sus camaradas, entre ellos, del recordado Pedro Turcios Ramírez, quien entonces recién se había convertido en uno de los primeros pobladores del barrio Monseñor Lezcano, y le consiguió una casa frente a la suya, media cuadra al norte de la esquina noroeste de donde sería construido el parque Las Palmas. Si fuera hoy, Domingo y sus hijos serían vecinos de la casa de la familia del doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Y aquí viene una anécdota para Ripley en la vida de Domingo: uno de los hijos del socialista pobre (aunque nunca pobre socialista) que vivió a las costillas del lado norte del patio de la que sería la casa de la familia Chamorro-Barrios, ahora es editor y editorialista de la página Opinión del diario La Prensa, de la familia Chamorro.
Aquel 2 de abril de 1945, cuando Domingo ingresó al PSN culminaba la campaña de reclutamiento de nuevos militantes que se había organizado en conmemoración del primer aniversario del partido. Desde ese momento histórico, comenzó a haber Domingo Sánchez Salgado Chagüitillo socialista para siempre, y lo habrá en la memoria del nuevo movimiento obrero que vendrá.
Al frente del SCAAS
Cuando Domingo vino a vivir a Managua, se incorporó al Sindicato de Obreros de la Construcción, al cual contribuyó a desarrollar y participó en la idea de cambiarle el nombre para que respondiera mejor a la composición de todos los trabajadores del ramo que en el sindicato militaban, y pasó a ser llamado: Sindicato de Albañiles, Carpinteros, Armadores y Similares (SCAAS). Domingo pronto se destacó como el mejor de sus dirigentes, y extendió su actividad organizativa hacia el campo, y en los primeros años de la década de los 60, fue elegido Secretario de Acción Campesina de la Comisión Ejecutiva del PSN. A partir de entonces, ya no hubo límites regionales para su trabajo entre los campesinos de todo el país, principalmente del norte de Matagalpa.
Siendo directivo de la Federación de trabajadores de Managua (FTM), Domingo intervino en su V Congreso de febrero de 1962 con un informe sobre la situación del campesinado, cuyo texto se publicó en el libro Memorias del V Congreso de la FTM. En 1965, como resultado del arduo trabajo organizativo que Domingo desplegó en las montañas de Matagalpa, nació la Confederación Campesina de Trabajadores Agrícolas de Nicaragua. Bernardino Díaz Ochoa, uno de los campesinos formados por Domingo Sánchez, fue elegido Secretario General de la CCTAN. Díaz Ochoa, junto a otros campesinos, incluida su esposa Benigna Mendoza y un hermano, se convirtieron en parte esencial de la base de a poyo a la actividad guerrillera del FSLN en su zona matagalpina.
En el interior del PSN, entre 1967-1968, surgió una contradicción respecto a los sucesos del 22 de enero. Domingo, como miembro de su Comisión Ejecutiva, fue parte de su mayoría que acordó no denunciar el plan conservador para la manifestación de ese día, para evitar el hacer, objetivamente, el papel de soplón de la Guardia.
A comienzos de 1973, Domingo encabezó la huelga del SCAAS en contra de la disposición de Somoza Debayle de prolongar la jornada de trabajo sin goce de salario al gremio de la construcción con el pretexto de la reconstrucción de Managua, destruida por el terremoto del 23 diciembre del año inmediato anterior. Con la huelga se derrotó la pretensión del dictador.
El 14 de diciembre de 1974 que se creó la Unión Democrática de Liberación (UDEL), a la cual se integró el PSN, Domingo tuvo una activa participación. En 1976 ocurrió otra división del partido, y esta vez, quedaron existiendo dos Partidos Socialistas Nicaragüenses y dos CGT-Independiente, por diferencias de orden político-ideológico, estratégico y táctico respecto a la lucha anti dictatorial, y como ocurre en todo conflicto interno, se desbordaron las acusaciones y contra acusaciones personales, las cuales fueron dañinas no solo para la unidad, sino también provocaron sectarismos enfermizos y enemistades.
Ese tipo de conflictos casi todo el mundo lo ha experimentado. Sin embargo, en el caso de Domingo Sánchez, esos sentimientos no han tenido larga duración. Hoy, es difícil encontrar a viejos socialistas que le no guarden respeto por Domingo Sánchez.
En la revolución
El 4 de mayo de 1980 la revolución triunfante inauguró el Consejo de Estado, órgano de funciones co-legislativas de la Junta de Reconstrucción Nacional, y ese día estuvo Domingo Sánchez en representación de la CGT-Independiente, y se le abrió un nuevo frente de lucha imposible antes de la revolución: el frente legislativo. Aunque ninguno de los miembros del Consejo de Estado estuvo allí por elección popular, sino por nombramiento, fue la experiencia co-legislativa más representativa en toda la historia del país, y allí, en ese nuevo frente de lucha, quedaron las huellas de Domingo Sánchez Salgado Chagüitillo,
Para las elecciones de 1984, las primeras de libre participación y con pluralismo político inaugurado por la revolución, Domingo fue el candidato a la presidencia por el Partido Socialista Nicaragüense, y se ganó el derecho a integrarse como Representante (diputado) de su partido en la Asamblea Nacional Constituyente inaugurada el 9 de enero de 1985. Durante ese primer período legislativo, Domingo ocupó una de las tres secretarías de la Junta Directiva. Participó en el proceso de discusión popular en los cabildos abiertos del proyecto de la nueva Constitución de la República, igual que en su discusión en el parlamento, hasta su aprobación y luego su vigencia a partir del 9 de enero de 1987.
Fue tan importante la labor parlamentaria de Domingo Sánchez, que el Frente Sandinista lo incorporó en su lista de candidato a Representante (diputado) en las elecciones de 1990, y en 1991inició un nuevo período parlamentario que culminó en el año 1996. Esta su inclusión en la lista de candidatos del FSLN, no la buscó ni la pidió Domingo Sánchez –contrario a lo que hace la mayoría de los políticos— sino que se la ofreció Daniel Ortega, y él la aceptó bajo la condición de que en la Asamblea Nacional no le diría “Chi cheñol” a lo que le ordenara, como acostumbran sus diputados. Para Chagüitillo, su dignidad personal tiene un valor innegociable.
Por eso renunció en carta abierta al PSN por no estar de acuerdo ni podía avalar la conducta del secretario general de entonces, Gustavo Tablada, y de otro dirigente, quienes se habían fotografiado abrazados con el máximo jefe militar de la contrarrevolución, el coronel GN Enrique Bermúdez, 3.80.
Terminada su vida parlamentaria, Domingo siguió su trabajo político sindical, el cual no abandonó totalmente durante sus dieciséis años de actividad parlamentaria. Los innumerables méritos de luchador social de Domingo Sánchez, han querido ser reconocidos por el PSN con el nombramiento de su Presidente Honorario Vitalicio, y poniéndole su nombre, con sus tres respectivos apellidos, a su Comité Central: “Comité Central del Partido Socialista Nicaragüense, Domingo Sánchez Salgado Chagüitillo”. También le otorgó la Orden Héroe del Socialismo. Domingo ha recibido homenajes de instituciones no partidarias, como el de Doctor Honoris Causa en Ciencias Sociales de la Universidad Popular de Nicaragua (Uponic), y Héroe Cívico y la Orden Martin Luther King, de la Universidad Politécnica (Upoli).
Esos y otros merecidos honores, especialmente en los días en que ha cumplido años, como el de hoy, 20 de diciembre, cuando llega a sus fructíferos 99 años de edad (nació en 1915), de parte de su partido, sus familiares, compañeros, amigos y, se puede decir también, de buena parte del pueblo nicaragüense.
Ajenos a todo eufemismo, podemos decir que en este 20 de diciembre del año 2014, a Domingo Sánchez solo le faltan tres meses para cumplir los primeros cien años de vida, que no es lo mismo que los cien años de edad. Lo afirmamos así, por una razón por todo el mundo oculta: negamos injustamente los nueve meses de vida desde cuando somos concebidos, pues esos nueve meses son de vida real, y solo celebramos el día que nacemos, siendo injustos con nuestras madres. Reconocer esta injusticia, debería ser el primer homenaje que deberíamos rendir a nuestras madres.
Si a Domingo le preguntáramos su opinión sobre este asunto, y conociendo su acendrado amor y respeto por la justicia, la cual comienza por el respeto a la mujer, estamos seguros de que estaría de acuerdo con nosotros… ¿verdad que sí, Domingo?
Por ahora, que este 20 diciembre de 2014, es igual de oportuno como cualquier otro día, para rendirle homenaje a Domingo en sus 99 años y desearle que viva muchos años.