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martes, 6 de mayo de 2014

Esta es la hora en que te necesito



Esta es la hora en que te necesito. Ya estoy despierto y mi amigo del piso de abajo está inquieto. Estas dormida y te busco. Me aprieto contra ti y despiertas. Amodorrada…te dejas querer. Suave te recorro y busco tu vórtice. Caliente, apenas húmedo. Lo acaricio delicadamente. Busco tus muslos, el hueco de tus rodillas. Mi amigo ya esta erguido, husmeando.  Me subo en ti y desesperado busco tu boca, tus cumbres. Un símbolo de la vida antes de esta, curiosamente puesto casi en la mitad de tu cuerpo me llama, atento, solo…acudo. Voy a mi casa. Mi nombre ahora es Orígenes. Vuelvo a la fase oral y las palabras prohibidas cobran vida. Me encuentro cara  a cara con el único órgano humano cuyo propósito es dar placer. Nos vemos a los ojos, el dialogo de las mucosas es cordial, fluido,  la conversación amena. La biología también es el arte de la esgrima. Tú te retuerces. Gimes. Disfrutas. Con un ojo de agua en mis labios sacio mi sed. Tu mano busca a mi amigo. Lo guía, lo invita. Yo voy detrás de él. No sé de mí. Solo soy un macho buscando a su hembra. Aquí no hay títulos ni roles, solo instinto. Tiemblo. Tú, alebrestada,  te abalanzas encima de mí. Desbocada…nada te detiene. Te restriegas.  Hábil, buscas y…encuentras. Friccionas, empujas. Casi gritas. Una cubierta de sudor fino te cubre. No me avisas, solo explotas. Voy detrás de ti. La memoria de mi amigo dibuja un 72 y un escalofrió recorre su piel  tensa y tersa. La escala de Richter se dispara en una carrera excéntrica y corta: 4.5, 6.3, 7.2…caen los prejuicios, se escuchan los gritos. Yo me uno al coro de voces,  como un bramido pronuncio tu nombre y me fundo contigo. Estoy loco de deseo. Después la calma. Vuelvo de la inconsciencia. Tú ya estas serena. Me hundo en tus brazos. Soy uno en tu piel. Después, te busco de nuevo...  



Sin secretos - Poemas y testimonios - Mariano Salazar Castellón

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